VIBRAN EN EL LABERINTO
Como vientre materno despiadado y padre diabólico, en Tacuarembó durante la primera presidencia del General, Don Fructosa Rivera, 1830-1834, me convertí en cobijo de una Nación.
Soy agua tranquila, tierra indómita, jugoso seno, suave, esponjoso, soy cálido, vitelino, caverna ancestral ,sutil hembra, nutriente, útero germinado, placenta de raíces de timbó, mi ser líquido firme, fibroso flexible, cuna de mimbre violáceo, mi carne habitada por peces y camalotes, navíos verdes surcando mis senos frescos de sombras, tersa de abrazo de savia, atravesado por venas de sol, en inocentes volutas haciendo de mí un laberinto, pariendo y copulando, agujero monocorde sediento de tu humana humedad, envoltura cadencial con pubis de niebla ámbar, arterias de luna guían como la Huella del Abuelo Ñandú, cobrizos pies.
Cita amanecida hoy, hace frío eterno roído por gusanos, en infinitos días soy sepulcro, mi ser se ha colmado de destrucción y desolación, ácida agua, herradura de muerte, mi cordón umbilical soga de espanto, por la que corren huesos, fibras rotas, mutilados rostros, trampa de vísceras me he trasformado, mis entrañas son barro sanguinoliento, lecho de gélida oscuridad, guerreros quebrados unidos a un arpegio astillado me recorren, recojo vientres calientes de niños, les acuno en mi llanto les doy de mi aliento, pero soy mortaja núbil, cementerio de tristes crines y, me arrollo en tormentosa contracción, vomito bocados cárdeos, coágulos de manos, amargo vendaval sepulta fantasmas libres, reposan sin descanso, no conocen de su muerte, ahora seres de luz.
- Autor: ARATAE (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de noviembre de 2011 a las 22:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 32
- Usuarios favoritos de este poema: efraguza123
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.