Después de una semana de casarse decidieron salir a recorrer las Islas, en una rustica embarcación que la mujer había heredado de su padre.
Luego de largas horas de remar sin destino, sintieron la necesidad de llegar a tierra, al cabo de un rato desembarcaron en una isla que a simple vista parecía desabitada. Anclaron el bote, y comenzaron una entretenida caminata entre el bosque, de pronto se produjo una fuerte ventisca, la cual se llevo el bote y el alimento que sostendría su estadía en aquel lugar. Al ver que su pequeña embarcación se alejaba y sin poder hacer nada, se abrazaron muy fuerte y con un rostro de espanto, lo único que se apoderaba de su mente era un frió pensamiento que les indicaba el paso por la necesidad y el camino hacia la muerte.
Pasaron los días, no tenían alimento, llego el momento en que ya no podían ponerse de pie, se sentían débiles y para lo único que les quedaba fuerza era para abrazarse, contemplar su alrededor y verse reflejados en la esperanza de sus ojos.
Con el correr del tiempo comenzaron a resignarse y a entender que ya no había nada que hacer, de pronto el joven diviso una hermosa flor que con su brillo iluminaba todo su entorno, el pensó: - “esta rosa es para a mi amada, será el ultimo regalo que yo le entregue y la pondré en su mano con todo el Amor del mundo y el cariño que siento por ella”. La corto con gran cuidado y dedicación, la puso en manos de su amada, sin darse cuenta de que tenia una gran espina que penetro el dedo de su señora, la mujer no sentía dolor, solo una felicidad inexplicable que iluminaba completamente su rostro. Al caer la noche se quedaron dormidos sentados entre los árboles. Al despertar la mujer vio un pequeño trozo de espina en el centro de su mano, la que con el paso de los días se convirtió en una astilla que poco a poco comenzó a tomar forma de una raíz, después de seis noches ya era un árbol formado del cual broto un fruto rosado, del mismo color de aquella flor que el hombre regalo a su amada, tanta fue su hambre que decidió probar ese redondo fruto que no tenia un sabor determinado, pero que satisfacía su hambre.
Así pasaron semanas y a medida que el árbol crecía la mujer parecía perder su estatura sin tomar en cuenta la transformación que ocurría con su cuerpo. Poco a poco desapareció irremediablemente entre la tierra, dejando solo el fruto que alimento a su esposo a lo largo de su vida, junto a la raíz apareció un charco de agua clara que dio de beber a su amado, después de varios años el hombre murió de soledad sin poder alejarse del fruto de su único y verdadero Amor-.
- Autor: Anita (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de noviembre de 2011 a las 08:43
- Comentario del autor sobre el poema: Este es un cuento que lo escribí hace mucho tiempo, (era niña) Los invito a dejar llevar su Imaginación
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: "El último romántico"
Comentarios5
"Así pasaron semanas y a medida que el árbol crecía la mujer parecía perder su estatura sin tomar en cuenta la transformación que ocurría con su cuerpo. Poco a poco desapareció irremediablemente entre la tierra, dejando solo el fruto que alimento a su esposo a lo largo de su vida" Poetisa,Anita,me gusto mucho su cuento,y me llevo a pasear por esa isla imaginaria de una niña,que a pesar de su corta edad,ya daba señales de la poetisa que llevaba por dentro. Excelente día. Muchas bendiciones.
Que alegría que imagino mi isla y el viaje de los enamorados.
Muchas gracias por sus palabras, son un agrado, Saludos y buen día
Qué buena historia Anita...
Muchas gracias, buen día
Saludos
Es un super historia de amor, el verdadero amor. Felicidades me gustó mucho, pues haces que uno no deje de leerlo hasta el final. Felicidades Anita, te envío un abrazo,
luis
Muchas gracias 🙂
Una historia bella,...que no se hace por amor,...todo realmente todo,...un afectuoso saludo...
Que bueno que haya sido de su agrado, que tengas buen día
Un hermoso cuento dedicado al más puro amor con narrativa delicada y gran imaginación, ¡Buen comienzo y bienvenida al portal de los poetas!, Saludos,
(eur)
Muchas gracias, Don Romántico 🙂
¡Jajajajajá!, gracias por lo de Don...
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