Lenta, pausada, vidriosa, escandalosa, sutil y escabrosa,
me acompaña en las madrugadas etílicas como un delirio febril.
Pensante pensaba, no... ya no la amaba.
Cada mañana, todo cambiaba, pero estaba en su sitio, sentada pariendo ideas
para convencerme a vivirlas.
Pensante pensaba, si... la estoy amando.
Me perturba tener que amarla, el núcleo de su indecencia me facina
y con placer ofendo mi moral.
Miguel A.Sueldo
- Autor: Miguel A.Sueldo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de diciembre de 2011 a las 14:53
- Categoría: Amor
- Lecturas: 56
Comentarios1
Sencillamente bello,no hay mas,un poema casi rozando lo erotico,un abrazo amigo
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