Era su corazón un diapasón
y sus palabras fuente de inspiración,
un ser maravilloso de amor
alejándome del rencor y el dolor.
Era mi ejemplo a seguir,
mi felicidad…
Y mi razón de vivir.
Era la cadencia perfecta a cada son,
era su sonido a bandoneón.
Representaba en mí existir el motor
llenándome de alegría y calor.
Era un incesante reír, vivir!
Era mi mejor medicina,
Y mi elixir...
A veces permanecía en un rincón,
silencioso sumido en su propia razón.
Se convertía en experto pensador.
Era en esta vida un gladiador,
conocía de empezar, sufrir y partir;
Pero era tal su tesón,
Que se concentraba en seguir...
Era para él... amiga, compañía y canción,
fantasía montada en un renglón;
y aunque a veces lo llenaba de pavor
sabía de mi tinta y su fervor.
Era alegría, mi existir
y la causa,
De tanto ir y venir...
Juntos éramos pura explosión,
la poción perfecta en plena fusión,
escultores en las formas del amor,
excesivos,
Y conquistadores de un tiempo mejor.
Éramos actores de un nuevo sucumbir
inspiración, revelación y porvenir.
Comentarios2
Preciosos versos Valentina, te felicito.
saludos
hermoso poema,
Jose
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.