Mi amigo era un viejo tan dandi
era tan viejo como la luna
como el almanaque.
Seductor cañero al servicio de las damas,
mi amigo el corazón
mi amigo el desastre.
La noche que desperté, llovía.
Hacía frío y me encontré fuera de casa
luciendo un gafete que bien decía,
lo bien que me estaba yendo
el café en su taza.
Descubrí la piel de una mujer fatal,
con los ojos huracanados
con las tetas firmes.
Quise, por fin, al fin... desnudarle
ese cuerpo de flor rosada
ese rostro de bello abril.
Enamorarse es una falta de respeto
para quien viste como la noche
para quien vende su bendición.
Esta canción, a juicio padece de cáncer.
carece de romance, pero a fin de cuentas.
la canto yo.
La noche que desperté,no estaba muerto.
y sonreia de feliz por encontrarte
donde mi amigo el corazón, mi amigo el tuerto
decía lo bien que le estaba yendo
y se puso a palpitar.
Blas Roa
- Autor: Blas Roa (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de diciembre de 2011 a las 12:40
- Categoría: Amor
- Lecturas: 86
- Usuarios favoritos de este poema: DAVID FERNANDEZ FIS
Comentarios3
Muy buen trabajo mi amigo Blas, sensibilidad, sentimientos y reflexiones en tus versos... adelante !
Un abrazo argentino y buena onda...
Blas, siempre es un placer leerte, tus letras son especiales, llegan, pero llegan allí donde uno sabe que son poemas que trascienden la percepción.
Me encantó.
Un abrazo enorme
Belas metaforas,realidades y iluciones en blanco y negro un abrazo amigo
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