EL CAMINO

Hay dos ríos cristalinos que no se de donde surgen, solo siento que mi alma volando se va. Mientras cruzo este bosque tupido de indecisiones, locamente mis ojos no saben adonde mirar.

El crepúsculo en el horizonte invoca a la oscuridad, asechante esta la niebla segadora.

Hipnotiza con su malévola mirada la araña tejedora, que en su afán de destruirme despertó en mi ser la sinceridad. Corro como convicto de su prision, a la voz de la esperanza y de la luz. Despojando de mi conciencia la pesada cruz, al llevar muy dentro mío la amarga hiel de la traición. Y sobre un risco me detengo a contemplar la majestuosidad, divisando los confines del fulgoroso paraíso. Mientras que de mis temores el tiempo se deshizo, fue muy tarde porque de tu boca no escuche tu honestidad.

Soy guerrero en las tierras inertes de tu frío corazón, como fiera salvaje lucho incesantemente. Porque estas de noche y día en mi mente, amandote sin limites de pasión. Y las cadenas que llevas arrastrando, estan hiriendo y dilapidando tu alma.

No te das cuenta que tu orgullo y rencor te estan matando, aun no es tarde para suplicar por calma.

Se que es largo y dificultoso el camino, y sobre un gran pajaro plateado por ti viajaré. A cumplir con las promesas y el destino, a cumplir con el amor que te juré.