- Ave María Purísima- Sin pecado concebida- Hola hijo- Hola Padre- Dime, qué te atormenta el corazón,cuál es la razón por la que estas aquí - Padre, un amor inmenso que viví,era prohibido, un pecado lo creí,y sin embargo no quise perderlopues sólo con verlo sentía hacia ella una muy profunda adicción,era adicto de su amor, adicto a su corazón,por ella di toda mi abnegación. Perdóneme, pues siendo un levitame enamoré de la más hermosa jovencita,la quise con todo mi ser. Ella me arrullaba en su vientre,me besaba en mis lamentos,sin ni siquiera ver de frente la realidad en que vivía, pues no tomé en cuenta de que algún díatendría que dejarla o en realidad amarla. El sacerdote escuchando sus lamentos,observando que por ello sufría crueles tormentosle dijo muy dulcemente; - Hijo mío, no hay nada que perdonartepues solo vienes a confesarte porque una mujer llegó a amarte Hijo, si estás seguro de que la quieres tantoy que ella por siempre te cubrirá con su manto,puedes pensar en el seminario dejarpara que puedas lograr por siempre tu felicidady no vivas pasando desdicha Hijo, ve a encontrar tu alegríay no hagas tinieblas tus días,no sufras en pensar en esa cruel decisión que cada día te atormenta el corazón. Mejor ve y encuentra tu júbilo, descubre el amor,que a tu lado hayas encontrado. Vete en paz hijo de mi alma, ve con calma, ve con mi bendicióny tomando siempre la mejor desición El seminarista sintiéndose aliviadosabiendo que podía ser amadoy descubriendo en él a un ser más allá del seminario se retiró de aquel lugarse fue sin ni siquiera dudar la decisión que iba a tomary sólo diciéndole a aquel eclesial- "Que Dios me perdone"
- Autor: Armando Sosa Bocanegra ( Offline)
- Publicado: 17 de diciembre de 2011 a las 13:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 47
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