Un beso en tu mano
de dorso frio
de piel pálida
que suba
a paso lento pero firme
por tus brazos sensuales
extremadamente bellos.
Que se detenga un instante
en la redondez de tus hombros
a observar el paisaje recorrido
a lamerlos sutilmente
con los ojos cerrados
como a un cremoso helado.
Que pase a tu médula espinal
para que lo lleve de paseo
por todo tu cuerpo
como un polisón
que viaja clandestino.
Que continúe a tu cerebro
como un impulso eléctrico
para implantarse en él
como una emoción perdida
como un viejo recuerdo
como un instinto ancestral
para quedarse
petrificado en tu memoria
y en tu gran corazón
convertirse
en lo que se llama amor.
- Autor: Ernesto Spinosa ( Offline)
- Publicado: 19 de diciembre de 2011 a las 11:17
- Categoría: Amor
- Lecturas: 24
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