[en mi Manizales del alma]
Él no se despidió… Silencioso marchó.
Inesperada noche… Planificamos mañana.
Una pregunta inquietaba. Una respuesta esperaba...
De mí no se despidió. Efímero marchó.
Afloró la decepción. Un ser querido marchó.
Nunca más regresó… De nadie se despidió.
Acaeció en otros tiempos: su marcha re-iniciaba
tras un corto re-encuentro. Mi corazón prisionero
lágrimas en silencio por doquier derramaba.
Nunca se resignaba a su alma de aventura.
Llegaron las primeras letras en una infancia temprana
de la mano del primer maestro quien la poesía mezclaba
con muchas sumas y restas que a múltiplos reducía,
un poco de ciencia en juego antes de la escuela pisar.
Su voz baja era pausada al orientar la enseñanza
y así para corregir y en cada equívoco proclamar.
Sus manos cálidas eran. Su mirar fijo y calmado
en otras veces extraviado, cuando poesía declamaba.
Su voz potente resuena para “La gran miseria humana”,
también “El gato bandido” y “La perrilla” sarnosa
que pretendía otra cosa, en su repertorio estaban.
La habilidad de escribir en su vena palpitaba.
Hoy lo recuerdo confusa, con abatida alegría,
se mezcla la nostalgia viva a la soledad de su ausencia
que navega en desconcierto sin entender el impedimento.
El viejo dejó la vida, como a Chuchito pedía:
Anochecer y no amanecer. Fue así que el viejo marchó.
De mi no se despidió, a la Mansión Eterna
su último viaje emprendió y de allí no regresó.
Gran tristeza y dolor inundaron un corazón.
Sin canción, sin poesía, sin juego ciencia en la mesa,
sin compartir más ensayos. Marcó la ausencia del viejo.
Hoy hay resignación, entretejidos recuerdos,
aún visitan mi mente, en agitado revuelo
cual inquietas mariposas que se posan azulosas
para tímidamente escapar en el instante siguiente.
A Chuchito en mi plegaria pido lo tenga en su preferencia
porque enseñanzas miles dejó en infantes corazones.
Ese viejito querido en este viaje de vida
correspondió ser mi papá y compartió lo que sabía
con enseñanza y simpleza. Fue así que el viejo viajó.
De mi no se despidió… De nadie se despidió.
Reservados todos los derechos de autor conforme a la ley vigente.
- Autor: esthelarez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de diciembre de 2011 a las 12:02
- Comentario del autor sobre el poema: a mi viejito querido que tanto nos enseño, que Dios lo tenga en la grloria, porque en nuestras vidas trascendió
- Categoría: Familia
- Lecturas: 267
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