Las espadas frías,
nómadas múltiples, norte, sur, este y oeste salobre, un grito de ave humana o de un
humano que aprendió a volar, quizá un árbol que camina o alguien que aprendió a
dar frutos ¿Qué hacer con la abundancia de no estás? La noche y su vértigo, los
días colgando sus pies termales o en tinta blanca y gaseosa, una montaña
contando hasta tres, a punto de correr. A mi derecha los espasmos de dioses
grises, a mi izquierda un horizonte fusilado, detrás signos de interrogación
con capas, sombreros, togas y birretes, delante la ceremonia encarcelada, sin
prisa pero con urgencia, como el postrimero grito de la última hoja primaveral,
plena, como los hornos que dieron la vida definitiva. Abundas y no estás.
LRL
22-12-2011
- Autor: Leandro Rodríguez Linárez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de diciembre de 2011 a las 10:27
- Categoría: Amor
- Lecturas: 29
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