Acaeció que estoy agotado de
sacudir con mi poca cordura
en el día a día que parece
más noche por su negrura,
las muchas telerañas
de antaños empolvados y
entreverados maldosamente,
que fueron entretejidos por las más
negras de las arañas del pasado.
Arañas que se niegan a perecer,
que no dejan de brotar
como las termitas que carcomen
cada ansia que en la dureza de mi aridez
batalla incansable y férrea por seguir de pie.
Arañas que se niegan a perecer
como las goteras que
vierten aflicción desde el
techo de mi corroido corazón...
Acaeció que todo se derrumba y
me lastiman las columnas de la fe, pero
acaeció también que todo trato de sucumbir
hasta que llegaste tu, mujer,
que eres elixir más que mujer.
Rocía sobre mi más de tu ambrosía, te lo pido.
Se mi pilar y déjame convertirme en
tu humilde y
perenne bastón...
- Autor: Guillermo Sánchez ( Offline)
- Publicado: 30 de diciembre de 2011 a las 00:22
- Categoría: Amor
- Lecturas: 75
- Usuarios favoritos de este poema: DAVID FERNANDEZ FIS
Comentarios2
hermoso quedó ese hilar y entrelazar.... Felicidades.
Abrazos cariñosos.
Hola Guillermo, la luz tiene tantas formas.
pero que mejor forma de encontrarla que dibujando la silueta de una mujer.
me gusta el contexto de tu texto, ademas de tu vocabulario, un placer conocerte, abrazos y suerte para ti.
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