La noche tiene nombre de mujer, al igual que la soledad,
Las montañas y la mañana, igual que tu persona dueña de mis besos.
La ironía y la felicidad, la oscuridad y la tristeza
Todas son mujeres, todas son como tú, doncella.
Tú que me llenas de tanto sin darme nada.
Yo que me ilusiono tanto en soledad a mi mismo abrazado,
Pensando en tu piel blanca y en tus labios rosados,
Delirando por un beso de tu entrepierna y una caricia de tus pechos.
Mientras divago en mis sueños caminando por tu ombligo
Centro perfecto del mundo entero,
Jugando a descubrirte
Mientras tú no te das cuenta de la lluvia de sal que cae afuera.
Y tu fértil cabellera baña la tierra entera,
Haciendo florecer a las cayenas en cualquier llanura desierta
Tu respiración melodiosa que llena de música a las estrellas
Brillantes en el cielo como luciérnagas.
Y tu roja lengua tan divina como el pecado mismo
Que me hará caer por el abismo sin ningún alivio
Tú el arte de Dios
Tú la obra más perfecta de la creación.
Comentarios2
Bello poema, mis felicitaciones.
Un abrazo, amigo. Ruben.
hermoso poema...
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