Me levanté un día, observé el alba
Plácido era todo, un santuario
Que brilla intenso, en tintes malvas
Y heme aquí, qué bello agrario;
Hermoso el sol, que centellas suelta
Con viveza y candor, ostento anormal
Que lanza reflejos, subsistir no le cuesta
Pues pureza siempre es, grande y ancestral.
Fui a abrir la puerta, percibí el aire cálido
Y degusté feliz, dulce fragancia
Que olisquié manso, nada es pálido
Todo derrocha afecto, una andancia;
Agraciados prados, barnices verdes
Que pululan en mí, esto es suave
Y qué sensaciones, se agitan en las mentes
Ideas agradables, y ahí vuela el ave.
Salgo por el sendero, refulge el pasto
Y piedras alrededor, aroma a incienso
Que se disgrega, el mundo es vasto
Además de variado, un existir intenso;
Aquí y allá lo veo, campo magistral
Que perenne se conserva, es silencioso
Y también sobrio, envuelto en divinal
Aura me deslumbra, armonioso…
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Autor:
fabrizzio_baudelaire (
Offline) - Publicado: 10 de enero de 2012 a las 22:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 63
Offline)
Comentarios2
mujy buen poema que deshoha versosa sobre elk pasto.
besos.
Gracias por el comentario.
Besos y un abrazo!
Muy bello poema, una hermosa descripción de tu vista, debe ser un lugar hermoso y un precioso amanecer, casi pude imaginarlo, gracias...
hermoso poema, bellas tus letras...
Un abrazo...
Muchísimas gracias por el amable y sincero comentario.
Un abrazo!!
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