Logré fenecer con una bella sonrisa,
todos ellos me miran, pasan cerca, con prisa,
ignoran cuan bella puede ser la muerte,
lo feliz que me siento, un ser con suerte.
Veo dolor ajeno, el de los que dicen, me querían
por fin llego su hora, llantos, lamentos y pesares,
los que no disfruté en vida, cuando quiza lo requería.
¡Sufran ahora mi ausencia!, mientras viajo a otros lares.
¡Por fin marcho!, os dejo en "paz",
abandono esta vida, de tormento y poco más,
lleno de ilusiones en este nuevo viaje,
muerto de risa por tanto ultraje.
- Autor: Proust (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de enero de 2012 a las 08:46
- Categoría: Triste
- Lecturas: 148
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios5
Querido poeta comparto contigo ese planteo las atenciones, tratos cálidos y compulsiones deben ser muestras de afecto recibidas a lo largo de nuestras vidas, de poco nos sirven los lamentos luego de la partida, en su lugar quizás sea más elocuente un deseo discreto de un buen viaje, una oración...
Saludos cordiales querido poeta.
Gracias por tu acertado comentario. Saludos
Dices tantas verdades amigo mío en tus versos,ciertamenta no dan por completo en vida sino ya después de la muerte,un abrazo.
PRIMERA VEZ QUE TE LEO Y LA VERDAD ME GUSTO
ABRAZOS DTB
Soy bastante nuevo y con mucho por aprender. Gracias
buena vision
despues del burro muerto,la cebada al rabo
o lo que es lo mismo,lo que me querais dar ,hacedlo en vida
abrazos
Efectivamente amigo, gracias.
Nadie lo sabe estimado amigo, pero todos tenemos que pasar por ese trance, que no sabemos si es amargo para el que se marcha, o lo es para los que se quedan.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.