A la que vos sabéis
de una tarde sin dormir que la pensé
III
Las vanas estrellas de carne,
la tersa silueta al espejo,
los cara de imbécil que atraen
tu vista esmeralda un momento,
y yo en la mitad que no vale,
de lo uno y de lo otro en el medio:
la hoja a tu paso que cae,
el pobre relleno de un cuento,
la bola tirada de estambre
de un gato que huyó por el techo;
y estoy tan seguro que sabes
yo cómo me pierdo en tu vuelo,
que arrojo la vista en la tarde,
y dejo que escriba el deseo.
Marco Quezada
- Autor: marcquez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de enero de 2012 a las 18:37
- Comentario del autor sobre el poema: Tercera entrega del poema: seguimos jugando.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 56
- Usuarios favoritos de este poema: Phoeta Anhonimo
Comentarios2
Gracias por visitarme, las otras dos partes están ya publicadas y quedan dos más.
Un saludo.
Ah,
debo decirle que su poema es más que interesante,
reúne toda realidad, y se une con toda surrealidad
y luego hace fusión poética.
Tiene mucha fuerza, como también belleza.
Su poema le ha quedado espléndido.
Con su permiso me lo llevo.
A. P.
Lo dije antes: con mi permiso y sin él, los poemas no son nuestros, son de aquellos que los hacen suyos.
Agradezco nuevamente su visita y la amabilidad de su comentario.
Saludos.
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