Caen los pàrpados del Sol y tu cuerpo cambia su fulgor por el ardiente fuego de la noche. La seducciòn de tus movimientos comienza a esparcirse por el aire, convertida en un aroma incitante que corroe delicadamente mis sentidos y me provoca el salvajismo. El control de mis acciones se ha consumido en el calor incandescente que se produce en el tacto de tus manos, y que ademàs me lleva a extender, sin miedo la belleza de la muerte en mi corazòn... Que supura cada gota de mi esencia en un cansado y lento sudor.
Has hecho cadàver la sombra del amor que perseguìa mis recuerdos, y ahora yace en cada àvido beso que escondes bajo mi pecho, derramando goce y deseo.
Te has penetrado en mi interior, devorando todo en èl. Mi piel ahora es tan sòlo una forma que te contiene en cada uno de sus tejidos.
¡Besemos el rostro de la pasiòn, elevemos nuestros cuerpos hasta la profundidad de su mirada!¡Que nos envuelva la dulzura de su lengua hùmeda y mojada!
El Mar de las delicias fluye por el contorno de mi alma, se desliza en las curvas de tu cuerpo, cruza los relieves rìgidos de tu piel y desemboca en el clìmax de nuestro intenso placer.
- Autor: Steppenwolf ( Offline)
- Publicado: 22 de enero de 2012 a las 16:26
- Comentario del autor sobre el poema: Saludos...
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
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