El sol es hoy un monarca destronado
cuya corona caída sobre los mares,
se oxida entre los muertos
a la espera de que un nuevo rey
regrese a los cielos su luz sin oficio,
su antiguo resplandor dorado,
aquella luminosidad sin mácula
que galgos de plata verde
afanosos devoran bajo las sombras
que sangran como rosas cercenadas
por un rayo de filo insólito
y que vierten un carmín ennegrecido
como de grillos triturados por el viento
cuando la tarde se viste carnicera
con sus cuchillos colgando de las nubes
apuñalando el aire ciego de lluvia
mientras con su seda gris desgusanada
envuelve las montañas que a lo lejos,
híspidas solemnes solitarias,
gritan un silencio atroz y granítico
de inmensas madres congeladas
por lo hielos de los hielos, amén.
Es invierno y bajo su luz cadavérica
busco las hogueras de tus labios
donde volver a quemar mis labios
y así, dolorosamente,
consumar en sacrificio
esta mi carne infectada por tu amor.
Luego volverá la primavera
y la luz de un nuevo astro
dará oficio a las rosas recién resucitadas
que brotarán como llamas púrpuras
de las cenizas de lo que fue un beso.
- Autor: FRANCISCO DE NERVAL (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de enero de 2012 a las 20:55
- Categoría: Amor
- Lecturas: 92
- Usuarios favoritos de este poema: gallicida
Comentarios1
Mas que comentar sobre la poesía (a pura verdad, me ha costado descifrarla pero no es menos valor sabiendo la mano que la hizo) es saludarte y festejando tu regreso. Un abrazo
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