Un poco de mi, he regalado a mucha gente, unos lo guardaran, otros ni se dieran cuenta, otros lo rechazaran.
De buena voluntad, lo hice, sin pensar en lo que regalaba, noches sin dormir, pensando cómo podría ayudar, días de trabajo exhaustivo bajo un calor infernal, o de frio que paralizaban los movimientos, solo para ganar algún dinero, para poder regalar cosas a mí familia y embelesar mí casa.
Por carreteras en medio de montes, bajo lluvia y tormenta, a las cuatro de la mañana volvía a casa que tan lejos estaba. Así pasaba una semana más sábado, descansaba solo el domingo y poco.
Años, lo hice, con alegría, tenia orgullo en la belleza de mis decoraciones, en pensar como estarían felices los clientes en día de la fiesta, a boda, bautizo, o comunión.
Trabajé para Reyes, Princesas, ministros, presidentes, monasterios, iglesias, para todos, siempre con una sonrisa.
Para gente menos afortunada no cobraba nada por mí trabajo, era bueno trabajar y con flores mejor.
¡Camiones de ellas, arreglé!
Miles de metros de tela he puesto en pliegas, al redor de centenares de mesas, mis brazos eh cansado, mis uñas estropeado, mis pies, doloridos, no se quejaban ya estaban durmientes, de tanto andar, esto lo hice durante casi veinte años, pregunto, ¿ahora puedo descansar y vivir mí vida?
¿Tengo derecho a gozar la belleza de un poner del sol? ¿De dar los buenos días a la alborada? ¿Sentarme a la orilla del mar y sumergir en su luz plateada?
Tener un compañero, para poder contar mí pasado, tan lleno de aventuras infantiles, de sueños, ¿de tanta cosa por las cuales é pasado?
¿Cuántos niños e ayudado a crear, a enseñar a decir las primeras palabras? Si, por lo menos a mí hija, mi Nieta, y más cuatro sobrinos, desde mis quince años que lo hice, ¿cuántos mayores he ayudado y atendido?
No hablando de mis padres, lo tenía que hacer sin obligación, solo por amor, hasta los que necesitaban desde comida hasta mantas para aguantar el frio, los paseos que daba con ellos en mí coche, una tarde por semana.
Las horas sin fin al teléfono oyendo desahogos de mis amigas y haciendo la comida al mismo tiempo.
Mi vida fue llena, por esto todo ha pasado sin darme cuenta que no daba nada a mí misma, ahora ha llegado mí momento, me voy a acariñar, a regalarme, lo que quiero, a tener mí vida.
Si hay alguien que me pueda apuntar el dedo que lo haga, cara a cara, no a mis espaldas, ojos nos ojos, creo que no hay nadie que pueda hacerlo, soy alma desnuda, sin capa, soy integra, transparente, sin vergüenza de contar mi vida, ella no me pertenece, es un préstamo y siempre é tentado no tener que devolverla a Dios manchada, estropeada con manchas de egoísmo, hipocresía y mentiras.
Mi sementera la hice, ahora es hora de coger los frutos, de mí sudor,de mí trabajo,de mí entrega, a los demás sin pensar en agradecimientosni en mi.
Revisé mis cuentas, no debo nada a nadie, solo a mi Creador, mi salud, mi sonrisa, y el compañero, que me ha regalado, para mi felicidad.
Oporto, 2 de Febrero de 2012
Carminha Nieves
- Autor: secreet50 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de febrero de 2012 a las 10:22
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 93
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