La ciudad aun duerme
al rugir tu voz
se hacen sordos mis sueños
en las campanas de tu corazón.
Los biombos
guardan mi desnudes
en el asfalto
al arder nuestra humanidad
pasean tus dedos
en mi contorno
al dibujar ángeles
que vuelan en el vaivén.
El tiempo se deshace
en mis rebeldes piernas
abrazando tus muslos
desafío a la soledad
mientras cae la noche
- Autor: YINETH GUERRERO 29 ( Offline)
- Publicado: 6 de febrero de 2012 a las 13:39
- Comentario del autor sobre el poema: mas que un momento, mas que unas palabras es el sentimiento...
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 182
- Usuarios favoritos de este poema: LUCERO DEL ALBA, ☼ G U E R R E R O ☼, DAVID FERNANDEZ FIS
Comentarios7
Maravillosa tu forma de expresar....
Me encantó esto:
"El tiempo se deshace
en mis rebeldes piernas
abrazando tus muslos"
Sensual, elegante y con una pizca de erotismo....me ha gustado.
Un beso
Gracias a mi también me gusta esa parte........ Un abrazo
Muy buenas letras mi amigo.
Saludos
Gracias...... un abrazo
hermoso poema.
Gracias .... un abrazo
noches se hacen interminables,
cuando de deseo se acompañan
cuando este recorre la piel.....
woon es una sensación que brinda al corazón la mas sutil de las expresiones de amor.....
Muy del estilo de la poetiza del siglo pasado "Teresa Willms Montt" :
"Nada tengo, nada dejo, nada pido.
Desnuda como nací me voy,
tan ignorante de lo que en el mundo había.
Sufrí y es el único bagaje que admite la barca que lleva al olvido".
TERESA WILMS MONTT (Viña del Mar, 1893 – París 1921): Nación en el seno de una familia acomodada compuesta por Federico Guillermo Wilms Montt y Brieba, y su señora Luz Victoria Montt y Montt. Dado el contexto social de la época, su instrucción estuvo a cargo de institutrices y profesores particulares. Cuando Teresa tenía 17 años, contrajo matrimonio con Gustavo Balmaceda Valdés. En los años siguientes (1911 y 1913) nacieron sus dos únicas hijas, Elisa y Silvia Luz. A poco andar el matrimonio, comenzaron las desavenencias entre Gustavo y Teresa, principalmente debido a las molestias del primero ante la personalidad de su mujer, quien había comenzado a frecuentar tertulias y ateneos y se había adscrito a los ideales anarquistas y a la masonería. Gustavo reaccionó resguardándose en el alcohol y el juego; Teresa, por su parte, en su amigo y primo de Gustavo, Vicente Balmaceda Zañartu, El Vicho (al que se referirá más tarde en su diario como Jean). Tras numerosos conflictos conyugales, traslados y cartas de Vicente Balmaceda dirigidas a Teresa, Gustavo Balmaceda convocó a un tribunal familiar, el que decretó su enclaustramiento en el Convento de la Preciosa Sangre, al que ingresó el 18 de octubre de 1915 y del que escapó en junio de 1916 con rumbo a Buenos Aires, ayudada por Vicente Huidobro. Durante su estada en el convento, comenzó a escribir su diario, en el cual consignó sus sentimientos respecto a la pérdida de sus hijas, a su separación de Vicente Balmaceda y las motivaciones de su primer intento de suicidio el 29 de marzo de 1916. En Buenos Aires, colaboró en la revista Nosotros, en la que también lo hicieron en su oportunidad Gabriela Mistral y Ángel Cruchaga Santa María, entre otros. También, publicó su primera obra Inquietudes sentimentales, un conjunto de cincuenta poemas con rasgos surrealistas que gozó de un éxito arrollador en los círculos intelectuales de la sociedad bonaerense. Lo mismo ocurrió con Los tres cantos, obra en la que exploró el erotismo y la espiritualidad. Dos años después de esta obra, tras viajes a Barcelona y Nueva York, volvió a Buenos Aires y publicó Cuentos para hombres que todavía son niños. En él, evocó su infancia y algunas experiencias vitales, en narraciones de gran originalidad y fantasía. En la inquietud del mármol se publicó en Barcelona y constituyó una elegía de tono lírico, compuesta por 35 fragmentos, cuyo motivo central fue la muerte. Escrita en primera persona, enfocó su interés en el rol mediatizador del amor de la vida y la muerte. También publicó Anuarí, obra inspirada en un romance que mantuvo con un joven bonaerense que se suicidó. Además, en 1922 apareció Lo que no se ha dicho, en él, se incluyen “Páginas de mi diario”, “Con las manos juntas”, “Los tres cantos”, “Del diario de Sylvia” y “Anuarí”. Luego continuó viaje por Europa, visitando Londres y París, pero manteniendo siempre residencia en Madrid. En el año 1920 se reencontró con sus hijas en París; pero tras la partida de ellas, enfermó gravemente. En esta crisis, consumió una gran dosis de Veronal y falleció el 24 de diciembre de 1921. En las últimas páginas de su diario, escribió: “Morir, después de haber sentido todo y no ser nada...”.
ALGUNOS VERSOS DE T.W. MONTT
***
...Es mi diario. Soy yo desconcertadamente desnuda, rebelde contra
todo lo establecido, grande entre lo pequeño, pequeña ante lo infinito...
Soy yo...
***
A pesar de que en mi alma se albergan lastimeras cuitas
se ilumina mi rostro al reír...
Maldigo y es de tal manera armónico el gesto de mis brazos en su
apóstrofe dolorido, que diríase que ellos se levantan a impulsos de una
fuerza extraña...,
¡Oh siglo agonizante de humanas vanidades! he cultivado un pedazo
de terreno fecundo, donde puedes desparramar las primeras simientes
destinadas a la Tierra Prometida.
***
Una campana impiadosa repite la hora y me hace comprender
que vivo, y me recuerda, también, que sufro".
***
Así desearía yo morir, como la luz de la lámpara sobre las cosas,
esparcida en sombras suaves y temblorosas.
***
...sabes mi trágica devoción a las leyendas
de príncipes encantados...
Sabes que una música melodiosa y un canto suave me hacían sollozar,
y que una palabra de afecto me hacía esclava de otra alma, y sabes, también,
que todo lo que soñé tuvo una realidad desgarradora.
***
Agonizando vivo y el mar está a mis pies/ y el firmamento coronando mis sienes
***
Nada tengo, nada dejo, nada pido.
Desnuda como nací me voy,
tan ignorante de lo que en el mundo había.
Sufrí y es el único bagaje que admite la barca que lleva al olvido.
***
Quiero que en sabia esencia, la Paz descienda sobre mí
y anegue generosa en frescura mi interior carcomido.
BELZEBUTH
(Poema de Teresa Wilms Montt,
escrito en Madrid en 1919)
Mi alma, celeste columna de humo, se eleva hacia
la bóveda azul.
Levantados en imploración mis brazos, forman la puerta
de alabastro de un templo.
Mis ojos extáticos, fijos en el misterio, son dos lámparas
de zafiro en cuyo fondo arde el amor divino.
Una sombra pasa eclipsando mi oración, es una sombra
de oro empenachado de llamas alocadas.
Sombra hermosa que sonríe oblicua, acariciando los sedosos
bucles de larga cabellera luminosa.
Es una sombra que mira con un mirar de abismo,
en cuyo borde se abren flores rojas de pecado.
Se llama Belzebuth, me lo ha susurrado en la cavidad
de la oreja, produciéndome calor y frío.
Se han helado mis labios.
Mi corazón se ha vuelto rojo de rubí y un ardor de fragua
me quema el pecho.
Belzebuth. Ha pasado Belzebuth, desviando mi oración
azul hacia la negrura aterciopelada de su alma rebelde.
Los pilares de mis brazos se han vuelto humanos, pierden
su forma vertical, extendiéndose con temblores de pasión.
Las lámparas de mis ojos destellan fulgores verdes encendidos
de amor, culpables y queriendo ofrecerse a Dios; siguen
ansiosos la sombra de oro envuelta en el torbellino refulgente
de fuego eterno.
Belzebuth, arcángel del mal, por qué turbar el alma
que se torna a Dios, el alma que había olvidado las fantásticas
bellezas del pecado original.
Belzebuth, mi novio, mi perdición...
Gracias por tu información muy valiosa...
Incluso existe una pelicula Chilena dedicada a esta poetiza, se llama simplemente "Teresa", buscala es muy romantica, està hecha para los poetas, si la ves, me la comentas OK
Un abrazo
PODRÍAS ENVIARME EL LINK...... DE LA PELI..... GRACIAS
WAOOOOO mejor ni comento,me quemaria las manos xd besitos
que lindo
😀
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