ALGUNA VEZ ME SENTÌ ASÌ, PUÈS POR UNA DENUNCIA POR TRÀFICO DE INFLUENCIAS, ME TRASLADARON Pensamientos pensados En la base de un enorme e imponente cerro, cuyo pasado fue una fortificación de defensa de la costa (Cerro Artillería), para la entrada de navíos al puerto, colmado de historias, con un hermoso mirador, del viejo puerto lindo, en un lado pareciera peinado, por el mas famoso ascensor turístico, que en su eterno subir, conquista al mas bello mirador de la postal de ensueño eterno, al otro costado, el principal acceso vial a Playa Ancha, el mas poblado de los cerros de mi Valparaíso, vividor y noctámbulo, “Plaza Aduana”, base plana del cerro húmedo y frío, en gran parte del día desasoleado y oscuro, en un archivo que el viento se llevó, archivo muy olvidado por el aseo renovador, donde hay miles de cajas apiladas, casi sin ningún orden técnico, invadido de plagas y visitas NO deseadas, en el viejo edificio mucho mas que centenario, Aduana Regional de Valparaíso, donde estoy, eufemísticamente trasladado al archivo por “razones de servicio”, pero en honor a la verdad es, aquí yace el “buen funcionario”, condenado por la nefasta “red de influencias”, grandes y pequeñas, pero influyentes a la sin razón, imponiendo su orden, cuan “César Romano” con su diabólico pulgar, aquí me mandaron solo y, sólo cumpliendo horarios, sin pedidos ni trabajos de ningún tipo, con mis alas atadas con la cuerda obtusa, castigadora a la conciencia y a las manos limpias, acorralado contra el cerro, del humedal frío, enrejado por columnas de archivos, en estanterías opacas y sin vida, relegado, aún cuanto, ya no existe ese fatídico articulo 24 transitorio, de la constitución impuesta el año 80, sin recurso de amparo, ni defensa gremial, sumido al silencio momentáneo de mis iguales, en una relegación monstruosa. Archivo ó corazón del registro pasado, se dice que todo tiempo pasado fue mejor, en algún momento algún funcionario, confeccionó ó revisó, cada uno de esos documentos, poniendo su esfuerzo y conocimientos, en su diaria labor fiscalizadora, documentos hoy polvorientos, testigos mustios y silentes, del enorme movimiento portuario y de comercio del país, hoy en sus sarcófagos de cartón, adormecidos y quietos, en sepulturas, apiladas en anaqueles metálicos y de madera, en su campo santo, que ya no admite mas difuntos, solos y abandonados, en su larga espera, por la resurrección de una post revisión a posteriori, tal como yo espero en justicia terrenal, volver al lugar de donde nunca debí salir, para seguir aplicando mis conocimientos adquiridos con los años, en donde siempre he denunciado lo denunciable, sin trepidar ni dudar ni menos arrepentirme de nada Richard E. Vergara Bravo Agosto-2011
- Autor: PORTEÑO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de febrero de 2012 a las 12:24
- Comentario del autor sobre el poema: Àsì me sentì, cuando me trasladaron
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 95
- Usuarios favoritos de este poema: DAVID FERNANDEZ FIS
Comentarios1
Asi se hace caminos amigo,denunciando y denunciando a esos gobernantes que desangran los pueblos,un gran abrazo
Existen momentos en que hay que callar, puès las redes de influencias, te perseguiran, aùn cuanto no me amilanaran, ni menos asesinaran mi rebeldìa.
No es poema, es un relato escrito con mi mente muy caliente y roja. es un relato-denuncia, a la sinrazòn, a los "lame calzado" ò "chupamedias" como decimos acà.
Un abrazo fraternal compañero
Richard
Valparaìso - Chile
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