Cuento un cuerpo, una vida,
acércate pues vida mía,
mira que te lo cuento,
tras este puente,
fronterizo y cercano
que la libertad lo esconde
no en quimera de pasiones.
Enardecidos quedan mis labios
en un estigma de exaltaciones,
abre mi boca, ¿no ves que aún respiro?
muerde mi olor y lascivia
deja la ofensa y agravio,
deja el chantaje,
¡deja!
Mira que muerdo tu beso,
cuando siento tu rostro, un gemido,
tras aquel puente lejano yace perdido,
entre las rosadas plumas,
la libre emoción que un día robé,
en aquel, mi lugar, tu lugar, conmigo.
- Autor: Mar (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de febrero de 2012 a las 08:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 121
Comentarios2
Muy bello, doloroso gran amor. Enhorabuena amiga
Enorme. La inspiración me hace sonreír al dolor. Un abrazo poeta
Me ha gustado tu poema, aunque no llego a entenderlo del todo.
Mientras un cuerpo y un alma esté tan lleno de vida siempre habrá un pequeño hueco para poder respirar mientras se intenta llegar hasta un puente muy lejano. Un poco metafórico. Gracias.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.