Sospecho del amor que dices dar. Sospecho de tus ojos, aquéllos que encajan el brillo de sus pupilas en el broquel que protege mis sentimientos, como si fuese la frágil hoja de un árbol siendo perforada por una pútrida aguja. Así me hace presencia tu amor, cubierto en corrompidas mentiras.
Los parásitos de tus engaños lentamente me van rasgando la piel en dónde sueles rozar tus senos. Me van comiendo la carne que tú haces arder, al estar firme y suave sobre mi pecho.
Y sólo un corazón que supura la tristeza. Un dolor que arranca la médula de mi alma. Cientos de dudas con un hambre voraz.
Tus labios me hacen sospechar. Tus manos esposadas entre mis dedos auguran sobre aliento, la desilusión de las lágrimas que caen al suelo. Esa excesiva confianza en tus actos traza en las sábanas, las siluetas rivales que rodean tu cuerpo.
Y si alguna vez, la balanza levantó con orgullo el brazo izquierdo que representa la presencia de mi amor, fue aquella vez cuándo nuestras Auras se fundieron por un momento entre las plumas de sus alas, hasta que el sucio y amargo sabor de la traición en tus besos cruzó mi garganta y desprendió mi corazón de su esclavitud.
- Autor: Steppenwolf ( Offline)
- Publicado: 14 de febrero de 2012 a las 11:34
- Comentario del autor sobre el poema: Saludos...
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 35
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.