Miedo.

El miedo es un veneno, que se infiltra por la corriente sanguínea de la esperanza.
Inmovilizando los miembros de la voluntad, paralizando la escritura del destino.

Su derecho propio de existencia, el rebelarse contra ese espectro del no hacer.

Paisaje del desánimo característico del no atreverse,

por ese más allá imaginado de dolor,

Fantasma de oscuridad, ralentizando con su silencio temeroso el presente.

Sin embargo su rostro verdadero como Mago de Oz frío, es bastante vulgar,

 

sin duda decepcionaría a cualquier artista,
que quisiera convertirlo en personaje protagonista de su reflexión creativa.

Viene a definirle la cobardía, del que sabe de su afilado poder incapacitante.

Son los rasgos de la mezquindad de un tipo mediocre.

 

Cuando es utilizado como arma de antiprogreso,

o de censura en coartada herida a la libertad.

Es preferible vivir lamiéndose la herida, del haberse atrevido a enfrentarse a él,
ejerciendo la poesía de la expresión, rimando aliento.

Que vegetar arrodillado dentro de su madriguera.