UNA DECISIÓN

Romanticologo



Ha llegado el momento… la última noche quizás en la que podré oler la esencia de primavera de su cabello azabache. Mis labios caminan errados a un mundo sin sabor por sentir estar perdiendo la brújula que da dirección a mis besos que hoy solo están fijados en su boca.

 

Me tiembla la mirada que se desvanece con recuerdos de aquellas situaciones compartidas con una mujer totalmente enamorada de mí, y que está a punto de ser canjeada por una dama que me regala otro interés. Cada caricia que me obsequia enciende  la vehemencia que de ella nunca había logrado captar, porque tengo tanto miedo a perderla que no se si soy yo.

 

Hoy su cuerpo demanda un sentimiento diferente a mi alma que pide reflexionar, sus labios pintados de rosa, la sombra de sus ojos con el mismo color, su pelo que le ha quitado los rizos en las puntas, y el perfume de su cadera que me activa las ganas de probar, solo me hace querer llorar porque sé que luego de dejarla ir hasta mi sombra sentirá la ausencia de su amor que no había antes tomado en cuenta.

 

Su anatomía desnuda bajo las sabanas y mi corazón agitado como las alas de un colibrí, refleja en besos tiernos de su alma y la paciencia de mis ansias que aún no quieren hacerle el amor, porque aclaman disfrutar los labios de doncella y los roces de cuerpo de afinidad que se nos pueden terminar.

 

Pasan las horas y ella me pregunta qué nos aguardaráel futuro, si a su lado me siento feliz, y mis palabras que se hacen cobardes en salir, mis labios tiemblan por tener que decir que quiero dejarla ir… no puedo respirar por miedo a  la verdad. Ella comprende mi silencio y de sus ojos brotan lágrimas de dolor.

 

 Acostada sobre mí me regala un fuerte abrazo y me dice que si en brazos de otra mujer seré verdaderamente feliz, entonces me dejará volar, pues tanto me ama que su deseo para mí es ser amado por una mujer de la que yo posea un sentimiento igual. No pude contener las ganas de llorar, como relámpagos en una odisea de tormentas de Poseidón, los lapsos de mi vida junto a ella se hicieron presentes en los recuerdos de mi corazón, vi aletear las alas rojas nuevamente de esa mariposa que creí se había perdido en las nubes de soledad.

 

Le pedí hacer el amor una vez más, esta vez como nunca antes lo había sentido de mí, y si ese iba a ser el fin… aunque el momento se hiciera amargo en una despedida en la mañana que para nosotros sería terminal, debía descargar toda la pasión, amor, dolor, miedo, esperanza callada que vivía en mi corazón. El silencio complementado por el frío que nos obliga a actuar debajo de las sabanas era pretendido por el sonido de los besos dulces y llenos de amor que nos dábamos como nunca los habíamos sentido.

 

 Nos dormimos olvidados de lo que podría pasar, y en el amanecer el día me regaló una nueva verdad, al abrir mis ojos y su espalda ver se formó en mi rostro la sonrisa que buscaba salir. 

  • Autor: SicarioDeAmor (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de febrero de 2012 a las 22:10
  • Comentario del autor sobre el poema: Esta es una historia real, una narración de una ocasión que en el inicio de su día existía otra ideología. El último encuentro en una noche pasional con una dama que lo único que ha sabido hacer es amarme, iba a ser despedida de mi vida para encaminarme con el amor de otra mujer... Pero el sentido de la historia cambió su plan... Y me di cuenta que estaba a punto de cometer un error.
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 80
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