Otros Ocasos
Las agujas del tiempo
nos hirieron.
Fuímos delirio
de un ángel casi profano
que inventó
para nosotros madrugadas.
Nuestros besos
fueron el pan de cada día
y devoramos
el amor hasta los huesos.
Nos bebimos la frescura del rocío
convirtiendo
paraísos en desiertos.
La pasión,
como un rey viejo y muy cansado,
contempló
el ocaso de los soles,
y vaticinó
el final de su reinado.
Un destello de tristeza
estalló en mi mirada
y sonreí al ver mis manos
sosteniendo mil hilachas...
Era todo lo que quedaba de mi alma!
Y no pude dejar de sonreír.
Eve V.Gauna Piragine
- Autor: Eve V.Gauna Piragine ( Offline)
- Publicado: 28 de febrero de 2012 a las 00:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
desgarrado como el alma, el corazón esta, o estuvo, o estará-...
quizás no, o sí,
pero, desde el poema
se siente esa entonación onírica vistiendo la realidad de otra realidad, y al final, en quebrajo y vidrios rotos la mirada anclada al fondo del mar...
Muy buen poema...!!!
Y muy bello comentario PETALOS DE NOCHE. Muchas gracias poeta. Un beso.
Los vaivenes del deseo y las tealidades de la vida amorosa son misterios sin resolver todavia amiga Eve
Saludos y amistad
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.