Reconozco la importancia moral en la que libremente se escoje;
no en aquella que, por primar conveniencias,
alguien camuflado bajo el respeto,
disfrazado y con el poder de un cargo,
venga a imponernos; nos dicte.
*** *** *** ***
¿Merecen valerse de tu nombre
los puños fieros que aplastan?
¿O esconderse tras de él
las corruptas manos con manchas?
Las que cometen atrocidades,
violan los derechos humanos,
llenan sus bolsas mediante el dolor ajeno,
no respetan ni a sus hijos, ni a su madre,
y reparten curas que son veneno.
E incluso esas otras que lo aceptan cuando callan
y sucias santiguan, absuelven,
a aquellos mismos que maltratan.
Que cobardes se protegen y afianzan
dentro de la preciosidad de mosaicos,
en el valor de antiguedades que como lienzos
pretenden encubran sus miserias.
O con la finura estrecha al oro,
del cual se jactan entre ornamentas,
enjabonándose dentro de basílicas que son palacios
y donde vestidos de irónicas inmaculadas sotanas
con la santificación se pavonean.
Quién diera vinagre al sediento
y esperara oir su canto...
sería como un marinero en desierto
buscándole un mar a su barco.
¿Deben teñirse de sangre cultivos,
blandiéndote como absoluta razón,
o puede aferrarse el delirio a tu nombre,
delirio que abastece al terror suficiente,
como para arrasar importantes razones,
la efectividad de diversidad de credos
aplastándonos con pesados símbolos.
Y así; separarnos del influjo de constelaciones,
de las sapiencias científicas, astronómicas,
al hacerle creer a cualquier individuo, al gentío,
qué es o puede llegar a ser el epicentro,
la razón del cielo y su movimiento.
Instigándole a situarse sobre un pendiente,
como eje del mismo, insustituible,
como piedra preciosa,
engarzado al desdén que implica creerse en la perfección.
Prepotentemente intocable,
no como uva en racimo,
si como vid, como motor del flujo divino?
Quién utilice sólo el hierro,
empuñándole como mandoble de espada,
como cañón rujiendo en ataque,
o como disparo de bala;
se olvidó de aquel fructífero y bondadoso herrero,
el cual fue herrero:
para calzar caballos,
para forjar llaves que abrieran y jamás cerraran.
Que le brindó a la cocina cazuelas, sartenes,
cubiertos a la mesa,
sillas que resistieran la intemperie al jardín,
un mundo de utilidades que beneficien,
no la nociva e inexperta destructiva inexpresión
el lenguaje que entrañan las armas.
¿Tiene que servirse el hombre
de la desigualdad existente de fuerzas?
Y contradictoriamente,
los que aquí dicen ser fieles a tu supuesta voluntad,
que aquí dicen llevar la salvaguarda de tu nombre,
proseguir permitiendo, al cerrar su boca y girar la cara,
omitiendo tantas dolorosas muecas que pasan;
y quebrantando a su propia oración justificar,
la vigencia del esclavizaje y la tortura,
como casi aplaudir maléficas acciones y propositos,
delitos cometidos que,
le confieren continuidad a la violación desde la infancia.
De aquel niño que se educa
en la eterna precariedad y su primaria
está hecha de desperdicios y enfermedad,
que frágil sube desnutrido, necesitado;
y que invisible para ese resto insensible,
ese resto mudo, descreído y sordo,
sufre subiendo una cuesta, descalzo cargando,
el mismo carbón que sus pulmones desnutre.
318-omu G.S. (BCN-2012)
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Autor:
omu (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 3 de marzo de 2012 a las 10:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 99
- Usuarios favoritos de este poema: PETALOS DE NOCHE
Offline)
Comentarios4
Desde luego es horrible lo que estan haciendo las jerarquías cerrando los ojos a tanta maldad, cuántos niños que ahora son hombres destrozados para siempre por su impiedad.
Lo dices muy bien en tu poema asi como utilizar el hierro para matar..."forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas..."espero que algún día así sea.
Me ha gustado mucho tu poema a no quedarse callado ante estas cosas.
Recibe un saludo afectuoso
Pueda la conciencia ser consciente e insertar, en el hombre otras metas que no sea abastecer sólo a su yo, y olvidarse de que en casa ajena, tarde o temprano, se tendra que ir a resguardar.
Gracias amiga por prestarme tu tiempo y permitirme oir leyendo tu reflexión.
te saludo
Son tantas ideas y a la vez se engloba en que la inmoralidad , la injusticia el irrespeto y la falta de mor y valores esdta globalizada.
besos.
El hombre perdió el saber sacarle beneficio a la variedad de pensamientos, perdió el saber darle las gracias a tanta diversidad e incluso olvidose, de que crecemos engrandeciéndonos a base de esas existentes diferencias.
Y fuimos, de a poco, encontrándose en la solitud del individuo y alejándonos del paraíso.
No debemos culpar a ningún Dios de lo que aquí ocurre; somos libres de hacer y decidir en nuestros actos.
Siempre grato sentir tu soplo; mi beso se acerque hasta llegar.
ahhh, sí vieras que me has dejado atónito,
es que repicas contra la religión,
y desde dentro la sotana,
y hombres vestidos
tan sólo con la vestimenta al mundo
de corazones fríos,
y razones elementales en sus libros
y desde luego, lo dices y lo gritas
que de hambruna mueren los caídos
y de frágiles se quiebran los desnutridos,
y en sus teatros; desde las imágenes
se comen el oro y las sortijas
y entre las miradas,
un niño tiembla, tiembla por no comer nada,
y la pregunta tan reiterada por qué¿?
por qué, desvalidos y mirando sin ojos, inocentes; deben ser mártires de reyes de plata, por qué sí en el llanto una lágrima desconocida no tiene fundamento para tender la mano
y la mano sólo se viste en la soledad
de menear sus papeles lustres, verdes tal, siempre verdes...
Ahhh, genial en pulcritud tu denuncia y poema...
Un placer observar la creatividad de la cual dispones amigo. Me place que le hayas dado continuidad a mi escrito, me honra el que hayas dedicado tu tiempo a engrosar con consistencia la denuncia.
Tengo que ir siguiendo tu hacer, posiblemente sensibilidad y mensajes importantes encontraré.
Gracias, nuestras almas floten sobre el sueño del buen hacer y lo que hoy es un ideal, mañana sea una realidad tangible.
mi abrazo repose en ti.
¿Tiene que servirse el hombre
de la desigualdad existente de fuerzas?
No debería, pero sabes, esta en la raíz de todas las cosas perjudiciales, el hombre siempre se ha servido del hombre, para su propio beneficio, y es justamente ahí, donde empieza la desigualdad, porque mientras unos suben, otros son pisoteados, triste pero repetitivo en la humanidad, y en cada época, basta revisar la historia de la humanidad....
Supongo que tendremos que esperar a que las cosas cambien, y se realice la profecía de Isaias que has mencionado...
Me encanto tu poema, es una excelente reflexión, denuncia y anhelos en uno mismo...
Un abrazo....
Me dejas con ganas de indagar al respecto de esa profecia de Isaias que me comentas; seguro que mucho de bueno tiene que entrañar.
Recortamos tanto nuestra visión que acabamos sin poder vernos ni nuestras propias narices...y así nos va.
Más que apetecible la anotación que me dejas; la cuestión es: si somos tantos que pensamos así ¿Por qué funciona este planeta tan mal?
Pueda ser una constante primavera tu vida, e incluso en las epocas necesarias de hivernación, se nutra tu ser, todos tus sentido, con la coherencia capaz de imprimirle sentido a tu sensibilidad.
mi saludo te abrace amiga.
Y el. (Dios) ciertamente dictara el fallo entre las naciones y enderezara los asuntos respecto a muchos pueblos. Y tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzara espada, nación contra nación, ni aprenderán mas la guerra...
Isaias, Cap, 2, Versiculo 4...
Porque una cosa es pensarlo y otra llevarlo a la practica, y habiendo tantos y tantos intereses personales de por medio, sobre todo con el egoísmo humano interfiriendo, es difícil lograr el bien común, por encima de nuestros propios deseos, y eso es por nombrarte un solo factor, porque si hablamos de la ambición, ufffff tendríamos muchos motivos mas que se derivan de ella, como el poder, el afán de conquista, el afán de superioridad por sobre los demás, y podríamos seguir y seguir, jajjj, hay tantas cosas que impiden que este mundo funcione como se supone debiera que no acabaríamos nunca...
Un abrazo y muchas gracias, por tus buenos deseos....
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