CROMOSOMA XX
Mi raza no es apellido,
pasaporte o definición.
Jamás insinúes
que la piel que me viste
es ofensa.
Nunca podrás limitarme al afiche
que hace mercancía del cuerpo.
Tampoco me busques en prostíbulos
ni me siembres de golpes.
Dame lo justo
porque tu lástima no es pago.
Tira todas las llaves
en vez de inventar nuevos cerrojos.
La mordaza de un prejuicio
no silenciará mi denuncia
y una soga al cuello es poco freno
para una cabeza que sabe correr.
No me llames dama
por ser madre,
por ser dócil,
por mi leche,
por el maquillaje,
por la histeria
o por un llanto incontinente.
Dime hembra
por el empeño a pesar de los agobios,
por sobrevivir al holocausto de cada día,
por la alquimia de un plato humeante
cuando la pobreza ajusta el cinturón.
Me hallarás en la “u” de un útero
en parto de rebeliones
y me encontrarás en este grito:
¡soy la irreverencia,
mujer haz de llamarme!
- Autor: Veronica M Cepeda ( Offline)
- Publicado: 9 de marzo de 2012 a las 00:53
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: Valeria, PETALOS DE NOCHE
Comentarios4
Un fondo bastante profundo y fuerte pero que dice muchas verdades,las mujeres no nacimos para recibir látigos sino para ser acariciadas con los pétalos de una flor,mas eso no debe engañar a nadie porque hemos demostrado en todos los terrenos que somos inteligentes, audaces, con fortaleza y muchas otras cualidades que bastante desean algunos miembros del sexo contrario,un gusto leerte,un abrazo.
Me encanta. Muchas gracias por compartirlo
Mujer e irreverencia
irreverencia y mujer
no importa como lo pongas
Hembra y Mujer siempre has de ser...........
que Dios Bendiga las mujeres de esta Tierra.....me gustó su poema
Es interesante el grito de mujer,
y más la fuerza y el carácter en el poema,
más en que situación lo expones,
y lo expresas revelando algo más que vida,
que verdad u que reflexión,
con la profundidad del orgullo...
Y más cuando dejas parajes con heridas, y sobre la luna creces y te paras, y cruzas el umbral...
Tu poesía es bella...
es consonante con la belleza...
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