No soy pieza inamovible del destino ni un cretino que sonríe y enamora. Sé muy bien, aunque no sepas lo que digo, que hasta ella en el camino se sonroja.
No hé venido a utilizar técnicas perfectas, rimas adecuadas, prosas definidas. Ni busco quemarnos las cabezas ensuciando inútilmente la poesía.
No soy el guía que te muestre algún camino ni el rabino que predique en tu interior. Tampoco un compositor con brotes compulsivos, tan sólo escribo lo que canta mi canción.
Porque el pulso es permanente si se siente, si se cree, si la imagen perdura. Si la risa es un acto complaciente y la sonrisa, la sonrisa magia pura.
No me creas si te digo que estoy solo, que voy roto de tanto andar buscándote. Que al besarte fui encontrando mis tesoros y en el fondo de tus ojos ví mis mares.
Sólo tienes que entender que soy sincero, que no muero si tu boca no me nombra. Que tus vientos aún no hunden mi velero pero espero casi ansioso esa derrota.
Entender que tengo el alma transparente cuando en frente se me planta alguna musa, y sin excusas me dirijo remitente, aunque a valientes sacrifiquen ciertas lunas.
Y sin embargo acá me encuentro sin saber, sin comprender de qué me sirve pensar tanto. Es involuntario que sólo hable de mí esta vez, y mi tinta comience a caer como el sol con el ocaso.
Es que no se más que lo que veo, lo que siento, lo que escucho e imagino. Ni domingos con ojeras y bostezos, tan sólo eso, tus zapatos caminando con los míos.
No te preocupes si no entiendes de movida o si arriba de mi nube te mareo. Prefiero morir espontáneamente si te tiras, que vivir esclavo de lo que encarcelo.
- Autor: Nicolás Granados (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de marzo de 2012 a las 23:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 35
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