UTOPÍAS DISTORSIONADAS

Hay ocasiones que las palabras no bastan,

todos atravesamos por situaciones que nuestro valor y amor aplastan.

Sin embargo yo considero que a veces es tan necesario llorar,

pues las lagrimas sanan las heridas del alma que sin dolor es imposible curar.

Existen personas que llegan y te cambian para siempre

y a pesar de que las despedidas son inevitables, los recuerdos son variables,

siempre se extraña a quienes no se dio lo necesario,

los nombres pueden olvidarse, pero siempre se recuerda a quien el destino se llevo.

Todos cambiamos aunque sea un poco,

todos deseamos alguna vez esa libertad que solo disfrutan los "locos".

Entre recovecos y recuerdos todos buscamos la felicidad,

y aunque la crueldad de la fría soledad es lo que siempre aparece

jamás se desvanece la esperanza de un día encontrarla de verdad.

Y el juego de la dualidad jamás termina,

reímos, lloramos, callamos, cantamos, nos acercamos, nos alejamos,

el bien y el mal es algo con lo que todos lidiamos.

Todos escondemos temores que jamás contamos,

todos buscamos en los demás aquello que en nosotros no encontramos.

A veces nos olvidamos de aquello que realmente importa,

algunos nos ven más allá de los regalos o la torta,

y nos damos cuenta tarde que la vida es sumamente corta.

El amor siempre será un tema conflictivo,

sensitivo, esquivo, vital, destructivo. Conclusión: El amor es algo relativo.

Conflicto eterno que jamás termina,

el amor todo lo puede y al mismo tiempo todo lo disemina.

Al igual que una mina donde abunda el oro,

una bendición para muchos y una maldición que a muchos devoro.

Al final la mejor opción es buscar refugio en el amor propio

no porque sea el único que sirve, sino que es el único que queda, todo lo demás desapareció.

El amor vive en destierro, divaga en el exilio,

¿Por donde se fue? Yo no lo sé, se fue y nadie más lo vio.

La realidad es que nada es lo que parece,

Todo nace, crece, madura y al atravesar la meta final todo perece.

El mundo enloquece, sus líderes se entorpecen,

y existen héroes sin nombres que en el olvido desaparecen.

Promesas lanzadas al viento que con el tiempo se olvidan,

masas confusas que llenas de temor al cambio unos a otros se miran.

El desarrollo material y tecnológico avanza,

como regalo adicional llegan las guerras y las crudas matanzas.

La vida es un jardín de rosas que han perdido su color,

el honor se compra y se vende, y la decadencia arrasa con todo sembrando el terror.

Al final parece que todo sigue igual,

que el pasado ha pasado en vano y el presente junto al futuro viajan de la mano.