Tu santa boca me dió cobijo,
amé tus dientes como escarcha
antecede tierra nevada.
Un sólo roce de tus dedos
eriza mi piel, como frágil mariposa
inicia el polvoriento revoloteo.
Hombre el que me abraza,
niño el que sonríe.
Te doy mi voz para que en canto
la entones, te doy mi palabra
para que dulcemente la pronuncies.
Siento los ardientes dardos de tu
hombril pupila.
Nazco de nuevo, te miro...
envueltos estamos en cascarón soñado.
- Autor: Adhara (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de marzo de 2009 a las 09:33
- Comentario del autor sobre el poema: No hay nada más precioso que un hombre mire apasionadamente a una mujer sin perder la dulce sonrisa de niño... y nadie como tu sabe crearlo... Sirio.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 330
- Usuarios favoritos de este poema: gatet
Comentarios3
Hermoso y sensible poema. Gusto en leerlo. Cálidos saludos. Luz
Los ojos son el espejo del alma"...porque las miradas lo dicen todo.
Un dulce poema lleno de amor.
Gracias por compartirlo
Cariños.
Lena
"Tu santa boca me dió cobijo", qué manera más delicada de describir un beso enamorado; y acabas con "envueltos estamos en cascarón soñado", conocer, reconocer al otro, ser uno y dos a la vez, estar con el otro: significado íntimo, sagrado y profundo. Enhorabuena
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.