Se puede rasgar el horizonte
Con las manos salidas del contacto,
Ver salir de él un nuevo sol….
He sido un abnegado de tu ser,
Renuncie a mis luchas internas,
y me entregué en sueños y poemas.
Recorrí hito a hito los senderos
Que más tarde condujeron mi boca
La clave de tu efusividad.
Escaló mi tentación los escarpados riscos
De la inexpugnable cima,
Solo para ver desde lo alto
Como comulgabas a la libertad,
Y luego de alcanzarla pude aprender
Como es que te lanzas en caída libre a la entrega.
Es que en presencia de los espacios abiertos
Que techan tu valle pélvico
Es posible divisar la vertiente
Hacia la laguna encantada.
Allí he orado a la fricción,
En esa confluencia donde se hacen manifiestas
Las abreviaturas de mis dedos.
Allí soplan abanicos de seda para no sofocar,
Allí hay que pedir
por el funcionamiento correcto de las células,
allí provoca secretar chocolate derretido,
y armar una casa de galletas,
allí provoca entrar totalmente,
y sumergirla inteligencia del tacto,
para comprobar si extremo de la suavidad existe.
Me veré abonando el surco del prodigioso campo,
Me veré abandonado en mitad
de tu sembradío corpuscular,
me veré procesando la fécula
de tus productos osculares,
soy un cuticultor,
porque le permitiste a mis dedos
arar de caricias la superficie de tu cuerpo,
le permitiste a mis caricias
sembrar tu piel de estímulos,
le permitiste a estos poros regarlos
con agua de mi corazón…
cómo no iban a germinar las respuestas,
cómo no iban a poblarse
de flores primaverales tus reservas.
Las cosquillas vuelan como mariposas
Embriagadas del néctar mas dulce,
Los días caben uno a uno en tu ombligo,
Las noches se bañan y se secan desnudas
Al calor de la luna,
Las hojas caídas nunca llegan…
Conté mas de mil amaneceres,
Y en todos tus ojos dormían,
Vi el sol meterse en tu sueño,
Soplar las ventiscas afectivas,
Llevar los besos a punto de nieve,
Cambiar el dulce
Por una prueba de otro sitio.
Venciste mi apetito de la carne,
Me diste a probar de la fruta
Mucho más que su acido jugo…
Se rebosa mi boca adusta de replicas,
Saltan las palabras como chispas
Que tu lengua apaga,
Corren y riegan por el borde de la cama.
Como uno solo se recupera nuestro ser en las mañanas,
Después de habernos
Exprimido la pula de nuestras entrañas.
Nos usamos para aprender de la entrega
Lo ceremonioso de apagar la luz del mundo,
Y encender de nuevo la de nuestro cucurucho.
Nos usamos
para refregar el amor
Sobre nuestro pelaje de osos invernando.
Nos usamos
para soterrar Los misterios de la satisfacción.
Nos usamos
para que nuestros sentimientos remen.
Para reenamorar al macho y a la hembra,
Para equilibrar el agua y el fuego….
Hasta que por fin aprendimos a usarnos,
Y ya estos cuerpos no fueron solo nuestros…
Y sueño cada noche
Con el deseo que tienes de usar mis sueños.
- Autor: Isaac Amenemope ( Offline)
- Publicado: 31 de marzo de 2012 a las 13:40
- Categoría: Amor
- Lecturas: 130
- Usuarios favoritos de este poema: valy omra, Marellia
Comentarios4
Es cierto desde tu punto de vista...
Un abrazo.
Buen poema!
Un abrazo.
Faltan palabras para expresar lo grandioso de tu poesía , a veces el entendimiento no está a la altura de la expresión excelsa !!!
Cariños
VALY
Tu poesía , hermoso profunda ..rica en matices .
Un abrazo Te quiero
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