CAPÍTULO 8. La primera Estrella
El tiempo fue pasando y ya Luz Marina, no era la misma niña; había comenzado a recibir la visita de la primavera y su cuerpo se preparaba para la entrada triunfal a la adolescencia, donde seguramente ver estrellas se le hiciera más necesario.
“Para ser bella, hay que ver estrellas” era un adagio muy difundido en boca de las madres y abuelas del pueblo, y ella, aunque no lo entendía muy bien, se aferró a esa sabia sentencia para de una vez por todas volverse bella y de esa manera poder ver estrellas.
Ella se peinaba con mucha delicadeza y ensayaba en el espejo la mejor de sus sonrisas, y se colocaba accesorios femeninos que resaltaran lo bello de su edad. Las pulseras adornaban sus muñecas y los zarcillos lucían en su rostro y daban una frescura natural a su apariencia. La sencillez y espontaneidad comenzaron a regir sus conductas sociales,. Sin duda, Luz Marina comenzaba a disfrutar el don de la belleza.
Ella en su adolescencia pudo comprender que para ver las estrellas hacía falta transparencia, pues la contaminación de una atmosfera existencial, con ansiedades, prepotencias, rabias, envidias e indiferencias poco a poco se convertían en obstáculos que le impedían ver las estrellas.
Esa noche se acostó a dormir sin pensar en las estrellas, de pronto cuando ya iba a quedarse dormida, vio por la abierta ventana de su habitación, una estrella gigantesca que atravesaba el cielo… Era una estrella fugaz, pero ella no lo sabía, porque como no conocía las estrellas mucho menos podría diferenciarlas.
Creyendo que era un nuevo sueño, no le dio importancia al suceso y se quedo dormida.
Al día siguiente recordó con alegría que la estrella que había visto había sido verdad. ¡No fue un sueño! ¡No fue un sueño! Se repetía una y otra vez… Al fin pude ver una estrella, al menos una… Ya puedo ver estrellas, se dijo mientras se preparaba para ir a la escuela.
No quiso tampoco contar esta experiencia con sus amigos, porque seguramente ellos habrán visto no solo a la estrella que ella vio, sino que seguramente vieron también las otras, y entonces ella no tendría nada más que contar. Por eso calló su historia, aunque se moría de las ganas de poder compartirla con todos sus amigos, hasta con la maestra.
Imaginarlo no fue capaz
pero la vida no es tan mala
le dejó una estrella fugaz
enmarcando su ventana.
Continuará...
- Autor: Diaz Valero Alejandro José ( Offline)
- Publicado: 1 de abril de 2012 a las 00:20
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 163
- Usuarios favoritos de este poema: Blancalina67, Winda, DELICADA ABRIL, airfg58, valy omra, la negra rodriguez, ZAHADY, STELLA_CRISTINA
Comentarios8
esperaré la continuación,
te felicito en tus lineas se mantiene el interès del lector.
saludos y feliz domingo.
Gracias amiga, aunque te cuento que es poco lo que yo pueda hacer para mantener vivo el interés de cada lector... Es el propio lectos quién se identifica y vive la historia a tal punto que la hace suya y la vive de principio a fin.
Un abrazo y gracias por esa constancia.
Ojalà y a mi tambien me regale la vida una estrella aunque sea fugaz al fin que ya me acostumbrè a las cosas fugaces.
Espero el desenlace
Dios proveerá, el premia la constancia, ya vez el caso de nuestra protagonista. Sé tú otra Luz Marina y ya veras tu cielo lleno de constelaciones y no precisamente fugaces.
Saludos amiga WIN.
Bueno, ya Luz Marina vio su primera estrella, del lobo un pelo, dicen en mi tierra. Veremos mañana que pasa.
un abrazo y buen domingo
Por algo se empieza, jajaja hasta un torrencial aguacero comienza con una gotita. Saludos amiga, buena información me has dado con ese refrán del pelo del lobo, por aqui no lo conocía.
Un abrazo igualmente para ti.
como siempre te sigo amigo...
mi abrazo...sol
Saludos amiga Sol, un abrazo faltan dos solamente. Para que descansen, jajajajaj. Un abrazo para ti!
Hay demasiado contaminación que obnubila la mirada , no precisamente la contaminación lumínica si no la superflua que contamina el alma .
Hermoso cuento que ya empieza a dar señales , de un desenlace auspicioso !!!
Cariños
VALY
Bonita acotación mi apreciada amiga, vaya que me están dando ganas de seguir con otros, cuentos... Pero será después... Seguiré abriendo paso a la poesía. Gracias amiga!!!
Lo bueno que Luz Marina esta cambiando su semblante, no todo es tristeza.
un abrazo
Asi es amiga JH, las estrellas nos hacen cambiar el semblante. Que bueno que hayas llegado a esa conclusión, es parte del cuento y parte también de la emoción de cada lector que vivió o ha vivido la historia conmigo.
Un abrazo!
yaaaa mismo ya mismo cvera las estrellas y yo vere una tambien en mi soledad jeje bello bello.
Saludos amiga Silvia, un abrazo lleno de luz y esperanzas para ti.
Gracias amigaza por seguir la huella de mi cuento!!!!
Me imagino la felicidad que le habría causado a su alma y a su corazoncito ver la primera estrella de su vida y encima fugaz... ¿Cuando llegamos a la adolescencia empezamos a ver las estrellas ALE? Entonces yo soy una niña todavía... ¡¡perdón es un chistecito...!!
Mi niña Luz Marina: He pensado mucho en ti..y juro que cuando este cuento termine te voy a extrañar mucho...Me gustaría ser parte de tu vida y seguir sabiendo de ti... ¡ojala que tu creador de vez en cuando me cuente cómo vas... cómo sigues...
Jajajajajaj ahora si me convenciste de esa niña que hay en ti. Gracias amiga ZAH por darle ese toque de ternura a una historia que imaginé y que ha dejado ese grato sabor de niñez y adolescencia en muchas de las lectoras que se sienten identificadas con nuestra protagonista.
Un abrazo amiga Luz Zahady.
Ya vi que llegaste al capitulo 10... ya llegare allí...
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