Sangre oxidada...]
Tres días, o siete,
quizás mil, respiro;
tomo aire;
no lo exhalo,
muero, con vida,
y grito ausencia,
silencio grito,
pasan siglos,
y desaparezco...
ni calma
que calme
este ahogo
consumiendo
cada gramo
de mi tonta
forma de vivir,
tal vez existir;
o mentir morir
o tal vez;
sentir;
sintiendo
corazones
ebrios; de pulsaciones, cuando ya no hay vida,
y vida he perdido, pensar que he sentido.
Tan cierto,
como perecer
en un verso
cuando más
el poema
me esta
comiendo...
y en el coraje de mentirle a la muerte, muero o muere,
quien hostigué el tiempo; de relojes y retrasos
cuando el pulso de mi pecho, llegue a cero...
Y no quede; más nombre,
que el nombre que me he quitado;
/Cuando el reloj marca las cuatro/
-Y el cerrojo, me cierra la boca-
Cual mordedura
para perecer
entre líneas
de un verso
agonizando,
entre este silencio.
Tres quintos de fé,
cual esperanza;
cual dilema de seguir
-aún de pie, mis manos-
-mi voz; un no-
cual fe; cual Dios;
cual sueño, cual amor...
Ni la necedad
ha quitado el adiós
-no grites-
/no calles/
(No hables)
Detente
y mira,
como miran
los oyentes.
Ni la voz; eyacula sonido alguno,
ni el habla vomita palabras;
ni las manos taconean
las calles de espaldas disecadas...
-Momias revisten tu condena-
De cual sombra,
fantasmas pasean
con cabezas metálicas,
del hierro
al oro,
tu plata,
tu vertebra;
cuando caes,
sí tus pies,
aún sostienen el cuerpo,
pero, caes,
caes por perder el oro de tu jaula,
cual ladrón sin tesoro.
Errante; sin nombre,
perdido, no me encuentran;
en la muerte no tengo voz,
y en la vida, no tengo corazón,
ni el motor; bombea el liquido,
ni el desierto bombea mi muerte,
ni la muerte bombea el desierto
de aquí de acá; cuando no hay
ni siquiera un poco de sal -de nada-
-Quebrado-
-Que bra do-
ni rastros de mis pasos
mis zapatos asesinados,
de culpa, en culpa
mi cuerpo encarcelado,
quebrado mi llanto...
Mi voz, mi alma, mi pecho,
y cada cierto día,
en que recuerdo -te recuerdo-
tal vez no existes;
y la locura,
me mata;
-me asesina-
y trato de comprender
-de comprenderte-
y en olvido muero,
-mueres-
/Y siento morir/
algo más de mi;
algo más de nada
de nada algo más
he sentido acabar;
en llanto desvanecer,
en agonía partir...
/El adiós en tre cor ta do/
y mi boca perdida
cuando más amo,
más acabo, muero;
y en la tristeza
no reconozco palabras,
ni vida que de vida
a este cuerpo asesinado,
-por ti- /por mi/
por el mundo carcomido
por cuervos; en la soledad,
en la oscuridad hemos sido muerte...
-Navegan-
Caen, caen como agua
en la sal, de un mar enloquecido,
navegan; ahogándose en la mar.
-Caminan-
bajo el hierro de sus pies,
los corceles corren;
bajo el metal de sus dientes,
las sombras se mueren...
_La muerte_
Recuerdas los ecos -aquellos ecos ahogados-
cuando más inmolabas tu voz,
en el quebrado otoño,
de un mar rancio, cayendo
en la desesperada salida
de tu boca -ausente- sabor a.., adiós...
-Detenida-
quieta; a veces compleja,
callada, a veces muerta,
de la vida alcanzas
la muerte; de la muerte
me alcanzas, ya casi me atrapas.
-Oculto-
Insisto, no hay duda,
el miedo a...
a... el miedo:
Caer; cayendo
dentro del charco;
y en lo pequeño
soñando ser el mar.
Y en el lodo
no soñar;
no, quedando quieto,
muerto quedando,
omnipresente;
tartamudo, y ausente...
Secante a la tangente,
inverosímil, sin ojo
que pueda tantear
la luz que se pierde
en el foco encendido
aunque el sol
se este muriendo.
Dos días, y no alcanza la muerte,
no alcanza la vida,
no alcanzan los días...
y no alcanza caminar
sí, los pies no tengo,
como zapatos hundidos
en la soledad de alcanzarte
...de alcanzar un adagio
tal vez el eco de tu voz,
la voz que jamás nunca
pude tener en mi boca;
errante y desierta
acabaste con el sonido
de la piel erizada; cuando
más dibujaste el silencio
y en silencio pasan los siglos...
Y, no hay música,
ni pieza equivalente
con el sentimiento
de alcanzar una partitura
tangible con la inspiración,
cuando los ojos se han ido
y la voz se quiebra, y
la boca renuncia
a la muerte, muriendo otra vez.
/En silencio/
la boca devorada,
la mustia sonrisa;
acallando la voz,
quebrada la muerte.
/Tranquilidad/
El miedo cierto; cierto miedo
a encontrarte en páginas,
cual mirada; cierta me cambias
la tonalidad de tus dedos
cuando cierras el libro
y con ello mis palabras.
Sin la luz, sin los ojos,
ni la mirada que me confunda
el miedo me abraza
el miedo me ayuda.
...
...En la sopera maquina del tiempo,
entre lo viril de la vejez,
cuando más muero,
más me desvanezco,
más no soy quien creí ser,
en la estúpida fase
de perderte, de acallar el lamento
de silenciar mi boca,
la unánime forma de llamarte
dejándome morir, ser silencio...
...
- Autores: Joel Parra (Seudónimo), Kilómetro 0. , Luis Reyes., Á. P. , Pablo Tzara, Pablo
- Se ve: Todos los versos
- Finalizado: 23 de abril de 2012 a las 03:30
- Límite: 15 días
- Invitados: BACH, Deep Purple, Paranoia, Phoeta Anhonimo, Plagio Mental, Plagio Mental, , , .
- Categoría: Triste
- Lecturas: 141
- Usuarios favoritos de este poema: Phoeta Anhonimo, Deep Purple, monique ele, Plagio Mental, Paranoia
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