Una de estas tantas noches

Una de estas tantas noches sin ti
asomándome a espaldas del cielo;
claramente vi que mi silencio intentó huir
con los pies descalzos para no despertarme.

Me dijo que tu nombre había invadido ya sus sueños,
tu nombre, tu nombre
 y unas cuantas palabras
que siempre se me han perdido y
 terminaron en él.

Nunca supe cómo callarme;
mi silencio con tu nombre es más fuerte que yo,
todo se lo dejé y ahora que te escribo y que te menciono
yo ya no duermo
 y me abrazan las dudas que ya extrañaba.

No sé escribirle a alguien más
no agarro la pluma de versos invadidos de tu ausencia o de  tu presencia
a menos que los labios vecinos,
incluso los míos
digan tu nombre con una voz que siempre termina en eco.

Unas de estas tantas noches sin ti
me he sentado a ver cómo se perdía el sol
mientras la luna aluzaba mi cuerpo
sin formar la sombra de antes, cuando
me dictaba al oído lo que seguido tus pupilas han leído.

De pronto es estar viendo pinturas de picasso
y encontrarle sentido a cada uno de sus colores;
es no tener el porqué, pero seguir el sentido…

Y a esto que se crea por ti,
no le busco respuesta,
sólo sigue tus pasos sin querer
y por su cuenta
le viene un sentido qué cubrir de razones que ni tú ni yo querremos descubrir.

Entonces me alboroto
porque si vuelves, ya ves,
ésta costumbre que me dejaste de escribirte también.