Que todas lenguas alaben a Jesús,
En la cruz nuestros pecados él lavó.
Con confianza digo, “Grande es mi Dios!”
Muy cerca él, aun durante la tempestad,
Su luz resplandece siempre en mi corazón.
Sé que no hay nadie que es bueno como él,
Mi vida él sostiene con su gran virtud.
Seguir la guía de su espíritu, no faltará nada;
Todas las alabanzas doy sólo a mi Rey.
En mi tristeza confio en su tierno amor
Ya que Jesús puede tocar mis amarguras,
Y me gozaré en la storia de su redención.
Grande es mi Dios, más que el oro o la plata,
Encendida mi lámpara debajo de su gracia;
Canta mi alma a su fidelidad en cada paso.
- Autor: Kumala (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de abril de 2012 a las 04:55
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 82
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Un enorme grito de pasión celestial al amor del alma.
Saludos muy bello amiga mia.
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