Odio esta vida y cualquier otra.
La odio con vehemencia y fatiga.
Maldigo la infame hora
en la que tus ojos ví.
Extasiada ante tu belleza
ansiosa de explorar tu carne
y tus labios
palpitante de amor mi corazón,
deseó cada una de tus virtudes
y aún con regocijo cada una de tus desgracias.
Y es que tus labios prominentes,
cruel seductores,
me han llevado
al peor de los cautiverios,
y es que soy la mendiga de tu amor.
La idiota dispuesta a todo.
Por eso maldigo al mundo
y maldigo a tus ojos,
que me dan y niegan todo.
Como deseé tener tus labios solo para mí.
En cambio tú te perdiste en la profundidad
de una noche vacía y tenebrosa.
Dejaste en harapos a mi ilusión.
Por eso maldigo la infame hora
en la que tus ojos ví.
- Autor: Alejandra Díaz (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de abril de 2012 a las 00:29
- Categoría: Amor
- Lecturas: 111
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
UN BELLO CANTO A LA SOLEDAD DEL AMAR
SALUDOS
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