DESIERTO DE GLORIA (ver, oír, oler, comer, tocar, soñar y volver a tocar)

Isaac Amenemope

Es natural sentirse ofuscado en estos tiempos.

La no percepción de la Crisis

Llega a ser peor que morir a diario a manos del Hombre.

 

Ver, sin embargo,

Lo que ha estado sucediendo con nosotros,

Antes que colocarnos en una posición favorable

Respecto a la arrolladora corriente del mundo,

 

Todas las bases de ese pequeño ser cebado

Con las aguas de los océanos,

Las tierras de los continentes,

Las nubes de los cielos,

Y el fuego atenuado de las transformaciones.

 

Oír lo que se dice

Y se transmite acerca de la pasión por la violencia,

No nos deja sordo, ni nos pone en contra de la música,

Por el contrario,

 

Hace que se comprenda de una forma estremecedora

El vuelo incontenible de la catarata,

Hace que el despertar de los volcanes sea adorable,

Que el secreto del alud permanezca inquebrantable.

 

Oler, y no poder volver a oler el detonante aromático

No tuviera nada que ver con la conservación

De lo que nació intacto.

 

Comer, cualquier cosa

de las cosas que se comen por toneladas,

todos los días,

condenados a vencer el apetito,

a veces como fieras hambrientas que la gente observa,

a veces con el refinamiento de quienes comen

algo mas que carne.

 

Tocar, y no provocar un corto-circuito diferente

Al que el olor comprende,

Con la piel de las manos atenuadas,

Como sin mis manos;

 

Instrumentos toscos que un ejercicio de locos

Convierte en línea de diamante

En cercanos pun tos de estrellas

En joyas casi imperceptibles capaces de describir

Un arco inagotable de tiempo sobre nuestros vuelos.

 

Tocar, una música desesperada,

Atravesada por una por una lanza ardiente

De frenética poesía

Que toca inútilmente la intrincada fibra.

Tocar como un <<marcapasos>>

Afinado durante la primavera

El alcance expansivo de tu corazón, nada mas tocar,

 

Empujados a tocar de la vida la muerte

De la fuerza la debilidad,

Del placer la caricia que cae insoportablemente

Hacia un desierto de cuerpos

Llevados hasta la cumbre del material cielo.

 

Soñar, con que todos escapan de la realidad

Hacia una tierra surcada de aguas renovadoras;

 

Con que todos vencemos decididamente

La inocencia.

 

Soñar con el prado,

Y ver como cada flor recibe la polinización

De una y cien mil estrellas.

 

Soñar, y oír la marejada

de tiernos ovillos desenvolviéndose,

como papeles de caramelo

entre las mano de uno y cien mil niños

 

soñar, oler el aceite de la albricia

resbalando por la vertiente de un recuerdo maduro.

Soñar que solo hay frutas para comer,

Y que la sangre de las montañas

Lleve el color del hielo

Cada noche hasta nuestros techos…

 

Tocar en alguna parte a salvo de la gravedad del frio,

Y no sentir mas que la punta de una aguja

Recorriendo sinusoidalmente el laberinto…

 

Tocar el principio como el fin, como allí,

El regodeo de un hecho carente de sentido,

Que ya es de la descomunal excusa

Producida por la resistencia

De lo consecutivo,

Que ya es parte de lo definitivo.

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Comentarios +

Comentarios4

  • El Hombre de la Rosa

    UNA HERMOSA PROSA LITERARIA AMIGO MIO
    ES UN PLACER
    SALUDOS

  • [email protected]

    un excelso poema un saludo un gusto leerte saludos amigo

  • PoetaTriste

    Muy bello Poema un placer pasar por aquí

  • valy omra

    No saber apreciar lo bello en medio del barro de la mediocridad , se queda corto el entendimiento entre tanto versos sublime que contrasta , con lo pedestre de la vida cotidiana !!!
    Cariños
    VALY



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