En horas despiadadas
-ladrona vil- de corazones,
dejaste mi alma destrozada,
y en mil pedazos mis ilusiones.
Robaste la paz de mi destino,
llevándote mi fe y mi alegría;
y ahora, no encuentro el camino,
por donde salir de la inmensa agonía.
Inocente y puro mi corazón te di;
y tú, lo tomaste con atroz hazaña;
débil e ingenuo fui,
ante las pérfidas palabras que solo engañan.
Tienes un lenguaje engañador y falso
castigo al cielo por vos yo pido;
que poco serían las tinieblas de un cadalso…,
algo mil veces peor te has merecido.
Ni siquiera “mil veces la muerte”-,
alcanzaría para pagar tu engaño;
a la distancia de mil años luz deberías perderte;
donde a nadie puedas hacer daño.
Solo al cielo pido castigo,
por el horrible dolor que has dejado;
y a sufrir mil veces yo te maldigo,
para que solo así pagues tu pecado.
Y aun así no me conformaría…,
por calmar mí cruel quebranto;
que más castigo para ti pediría,
multiplicado por cada gota de mí llanto.
- Autor: David Goya ( Offline)
- Publicado: 1 de mayo de 2012 a las 14:34
- Categoría: Triste
- Lecturas: 81
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, CARMEN, miriam quintana, Khadija (Alyamar)
Comentarios3
UNA HERMOSA POESÍA QUE CANTA LAS INJUSTICIAS DE LA OCUPACIÓN DE PÀLESTINA
SALUDOS
gracias por su comentario pues realmente son cosas que pasan en la vida y en un momento dado nos hieren tanto pero lugo el tiempo sana las heridas y aunque queden cicatrices ya no lastiman
muy buen diseño que gusto leer
te abracito.
buenisimo. me encanta lo que tu haces con la pluma
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