AZAFATA EN TIERRA

                                            Que pájaro será este, que a las cuatro de la mañana ¿tan bien canta?  Lo escucho siempre, en la ciudad, o en las afueras. ¿Será  negro? ¿De colores vivos? ¿Como será su tamaño? Nunca lo he visto, solo oigo su trinar, alegre, afinado, como si un canto fuera al día que aun llevará tiempo a romper la noche.

Mientras lo oigo, me olvido de muchas cosas y me calma, con una mezcla de esperanza. En la noche cerrada, planchando o dando vueltas a  buscar soluciones, el me despierta para la vida.

Soy azafata, sin avión, hago y deshago maletas, sin levantar vuelo, para algún sitio, solo hago de cuenta que vuelo.

Cadenas invisibles me  paran, ¿hasta cuando? Si fuera infinita, quedaría en los sitios para donde quiero volar, pero si ni siquiera levanto vuelo, ¿como haré?

Me voy engañando que está  todo bien, pero no, todo está parado.  ¿Cuando podre ser como el pájaro que da los buenos días aun noche cerrada? Terrible esta espera, sin tiempo para esperar, tremenda estas ganas de romper cadenas y no conseguir, angustia de tener tres amores  y no se dejaren amar con simplicidad y sin escollos.  ¿Cuando se aceptaran todos sin pensamientos negativos? ¿Cuando se acordaran que estoy en el medio y sufro?

Mi problema es que no quiero herir a nadie, pero cada día que pasa lo veo más difícil. Así con dolor, tendré que elegir y será irreversible, no volveré atrás. No lo quería hacer, pero yo cuento también como persona y no como algo que tiene dueño o esclava de la voluntad de alguien.

No puedo vivir solo oyendo mi pájaro, ni hacer de mis sueños una realidad fingida,  los tengo que vivir, los quiero vivir, quiero volar, ser azafata de mi viaje, marchar en paz  para mi  hogar, que lo ando buscando con todas mis fuerzas. Nadie tiene el derecho de intentar evitarlo, pues será de todos a quien amo.

En el suelo tengo las maletas, me marcho por unos días, de mi rincón, volveré de nuevo el fin de semana, así es mi vida, si le puedo llamar eso.

Nadie me va obligar a que no quiera a mi amigo, ni quitar de mi corazón a mi Familia, de eso pueden estar seguros.

Abogados del demo hay muchos, también hay la justicia Divina, esta es la que vence, estoy con ella.

Así deseo  que los corazones se abran a los necesitados de paz y amor y me dejen vivir como el pajarito, libre y alegre en la oscuridad de la noche con la certidumbre que viene un nuevo día.

Ahora, a cerrar el ordenador meterlo en su bolso, coger mis cosas, no volando, ni siendo azafata, meterme en el coche e ir a mí casa. Volveré de nuevo con otras tantas maletas a vivir mi realidad, con quien me ha recogido, en sus brazos sin pedir nada en cambio, solo compañías, verdad, respecto y cariño compartido con otros.

Oporto, 1 de Mayo de 2012

Carminha Nieves