Amanezco cada vez que te pienso, eres como el sol para el puñado de tierra donde nace un clavel, mi pecho se convierte en el Este de mi y todo yo en un amanecer…
Amanezco, desinteresadamente como los olivos fijos, como el puntual trigo, como el pintor delante de su intacto lienzo, amanezco si, cada vez que te pienso…
Y es que amanezco, como un volcán que olvidó dormir, como un abismo que nunca se arrodilló y ve la luz del día, como un relámpago de medio día sin descenso, así amanezco… cada vez que te pienso.
LRL
2-5-2012
- Autor: Leandro Rodríguez Linárez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de mayo de 2012 a las 15:58
- Categoría: Amor
- Lecturas: 32
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