Tras los rastros de nuestra soledad
Tiene que ser un ojo el que se juegue
por registrar la nada y el olvido,
tiene que ser un pie, yo te lo pido,
el que avance a la ausencia que me niegue.
Y allí una boca hallar que se me entregue,
que quiera como yo un beso encendido,
que lo deje en mi rastro ya perdido
por ver si, muerto ya, mi flor la riegue.
Y entonces suplicar a quien doblegue
mi incierta rebelión, mi mal oído,
para que en paz conmigo se repliegue.
Y entonces ser tú y yo, solos, un nido
en que algo, eternidad, tu piel se pliegue
para dejar yo aquí lo que he vivido.
05 05 12
- Autor: Óscar Pérez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de mayo de 2012 a las 11:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 68
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Poemas de Pepita Fernández
Comentarios2
PRECIADO Y SENTIDO POEMA CON RITMO Y GARRA
SALUDOS
Una vez más mi gratitud, buen amigo.-
Oscar qué soneto!!!!!!!
BELLÍSIMO!!!!(tengo un libro de sonetos imperdible(pienso que los sonetistas son poetas cuyo talento es muy especial, diría superior , porque no cualquiera logra ajustar el pensamiento e esa métrica , es mi opinión personal
un beso
Gracias, pepita, la verdad que a veces no es fácil dejar de lado el soneto, parece de esas prendas queridas que a veces quisieras ya no usar, pero que vuelve a pegársete en la piel. Saludos y un abrazo de mi parte.-
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