Cuando te conocí
esculpía una flor sobre una roca
cuán dificil era para mí
un ciego como yo
torpe de manos
y de ingenuo corazón
darme cuenta de que te fijabas en mí,
yo que un día juré
no volverme a enamorar nunca más
y que fue por amor
que un día quede ciego,
porque a la que una vez amé
me quitó la luz que alubraba mi destino
y desterró mi corazón
al más oscuro destierro,
y desde ese momento
fuí un errático aventurero
capaz de subastar su corazón
a la más cara de las mujeres
para acabar hundido
miserablemente después
en el desamor,
yo que alguna vez tuve ojos para ilusionarme
con el toque de unas manos
o con la inocencia de una sonrisa;
pero ahora apareciste tú
cuando apenas podía sentir mis manos
en esa fria roca
y me hablabas de amor
y de como lo imposible
se podía hacer real;
y poco a poco fue creciendo mi fe en ti
y fuí poniéndole corazón
a todo lo que mis manos
podían tocar,
y de esa manera pude sentir y contemplar
finalmente
la mejor flor que pude ver a través de ti
y me volví a enamorar.
- Autor: valentino arrabal (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de mayo de 2012 a las 18:05
- Categoría: Amor
- Lecturas: 117
- Usuarios favoritos de este poema: Jose Monnin elpoeta
Comentarios1
Que bello poema, es un honor leerlo, por la sencillez de las palabras, por el gran amor que vuelcas en el. Felicitaciones,Muchos cariños desde Buenos Aires.
Muchas gracias por tu comentario,un gusto haberte conocido.
Saludos
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