Nací en un basurero.
Mi niñez fue una fantasía de colores.
Me enamore para sentir el sufrimiento,
el horror gane al cometer la inocencia del pecado,
trabaje rompiendo mis manos en las piedras,
y madure;
ahora soy un profeta maldito,
predico y enseño el evangelio de la muerte
del autodesprecio y el olvido.
Mis mandamientos se escriben en negro,
Pilatos no se lava las manos conmigo;
la corona en mi frente está hecha de burlas y odio,
no hay pan ni pescado habitando el cielo,
ni esperan mi llamado,
pero hongos y serpientes,
bendigo a los eximios pecadores y dulces rebeldes,
castigo al santo y al inocente,
Judas no me beso yo lo besé a él...
He rechazado el paraíso por vulgar y monótono,
El purgatorio me llama, el infierno me excita.
Sé que el cielo no cree en la justicia
y la paz no vive en el corazón del animal.
En el origen del amor he plantado la semilla del odio.
- Autor: Nadie ( Offline)
- Publicado: 7 de mayo de 2012 a las 01:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 72
- Usuarios favoritos de este poema: Jose Monnin elpoeta, El Hombre de la Rosa, PETALOS DE NOCHE
Comentarios3
Muy espíritual tu poema, bien profundo,
y buena comparación de lo acontecido.
un abrazo
BELLO Y GENIAL POEMA CON CLASE Y RITMO
SALUDOS
mmmhmmm
no es que tratas de...
de... de...
de mostrar a muchos que viven en sus espejos;
mirándose a ellos mismos y a él,
que vive en él y dentro de él,
y en el sujeto es un espejo que lo refleja al sujeto y es él,
es un ciclo, las reglas el clero y todo lo que sea una institución religiosa esta ligada al Hombre, y las reglas siempre se rompen por conveniencia propia, por ende; quien lo siga no ve más allá de su propio bienestar o la institución en sí...
Por ende dejas una utopía presente y real...
genial...
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