La Risa

tinchoborges

La noche caía y nos transformaba en sombras, y muy a lo lejos la figura de la inmensa catedral parecía  apuñalar al cielo. Pero nuestro destino era cada vez más cercano, ya sentíamos ese olor mugroso del Río de La Plata, atravesando montañas de basuras y cuerpos quemados, intentando sonreír, tarareando tétricas canciones, bailando deprimentes melodías asesinas. Y esa risa cada vez más fuerte en nuestras cabezas, nos envolvía y perforaba nuestros tímpanos, pero nada importaba, nuestro destino cada vez más cerca estaba.

La señora gitana ofrecía leer nuestras manos a cambio de sexo, el señor que lustraba zapatos con mierda nos invitaba a tomar unos mates, la luna nos miraba dulcemente y nos invitaba a tocarla, a violarla y hacerla llorar, y esas estrellas lumínicas e insulsas morían de envidia. Pero el circo no podía esperar, allí estaría el hombre con su miembro bailarín, la señora que hablaba con su vagina y el enano que había escapado de Londres, aquel que alguna vez vivió en una ventilación. Todo eso y también Martín, ese chico tonto que habla hasta por los codos y presenta todas las anomalías que habitan en el Circo.

Martín es un idiota que en algún momento fue a la Universidad, estudió Letras (dice), alguna vez fue poeta, alguna vez fue un genio pero luego se perdió en un laberinto de forma triangular y perdió su alma con Pitágoras. Así y todo es un buen pibe, no roba, no se droga, la quiere a la mamá y trabaja en un circo, entreteniendo a los niños, ( a este circo no van niños, pero Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!, No digan nada, nada eh!).

Y nosotros ahí caminando y pateando  cabezas, fumando joints  de lo de Carlitos, ese chico lindo que anda en cosas malas, pero le cae bien a las viejas del departamento de al lado. Ya rodeamos la Catedral y ya saludamos al Padre Rogelio que anda picándose con la heroína recién llegadita de París (Caaaaaaaaaaaaaaaaaaaaalentitaaa!) mientras le grita piropos a unos boy scouts que venden brownies que te hacen reír, y un poquito más allá está el Negro Tanija que si se baja los lienzos hay que correr…

Y por fin llegamos al cirquito este, Martín nos mira y nos abraza, nos prende un puchito a cada uno, moviéndose como un artista, bailando tap pero descalzo y sobre carbón encendido, gritando como una puta.

Y atrás viene Nicolás, que canta como los dioses y nos recibe con su barba y su sonrisa, y seguro más atrás estará el viejito Capitán Keef, que siempre nos cuenta de los Stones y que estotro, y el blues, y pateando las bombas!.

Pero que se le va a hacer!....

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  • Autor: Martin Fariseo (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 7 de mayo de 2012 a las 20:22
  • Comentario del autor sobre el poema: Vuelllvo al ruedo, un poquitititititito impulsado por mi queridito Julio Cartazar.
  • Categoría: Amistad
  • Lecturas: 141
  • Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
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Comentarios2

  • thanlle

    Es lo primero que leo acá, en esta comunidad. No soy lector de Cortazar, no todavía, leí solo algunos cuentos que eran monumentales e intenté probar su obra crítica y tuve que salir corriendo cuando ví que la pateaba para el lado de la lit. francesa. Lo dejé a un costadito por el momento, pero le agradezco haberme conducido a descubrir otros mundos.
    Tu prosa me gustó mucho, trataba de encasillarla en algo de lo que he leído y con lo único que lo encasillaba es con algunos relatos oidos al paso sobre autores argentinos de los setenta. En algún momento paso y leo más. Saludos.

    Guillermo

    • tinchoborges

      Muchísimas gracias por tu comentario Guillermo, por supuesto que tuve una grande influencia de artistas argentinos de los '70, me encanta como escriben la mayoría de ellos, traté de armar una idea y justo había leído un par de cuentos de Cortazar, así que se lo dediqué a él.
      Cortázar es un gran escritor para mi, y su manera de escribir revolucionó a la literatura argenitna, y bueno, como el hay muchos grandes escritores argentinos, y ni hablar de escritores latinoamericanos en general.
      Creo que este es mi primer cuento escrito de esta manera, ya que primero pasé por una etapa muy Kafka, así que bueno, gracias por tu comentario y tu buena onda.
      Saludos Guillermo!
      Martín.

    • El Hombre de la Rosa

      BELLA Y HERMOSA PROSA LITERARIA LLENA DE RITMO Y CLASE
      SALUDOS



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