Buscamos encaminar nuestros hijos, para el futuro. Olvidamos, de prepararnos, para la vejez. Cambia tanto la vida, que de un momento al otro, estamos solos y sin entender, como ellos se modifican y cambian su manera de ser. Es algo en que nunca pensamos, pero es así.
Tienen derecho de hacerlo, es normal, pero hay cambios que no los entendemos. Nos cogen sin avisar y es difícil aceptarlos.
En mi tiempo de hija, que me acuerde, mis Padres fueran siempre mis Padres, mismo con una familia construida, Ellos eran los primeros a respectar y ayudar, nunca por nunca los he marginalizado y estaban primero que todo.
No se si pasa con todo el mundo esta transformación, que nos derrumba, creo, que he dado en demasía, hice muchas cosas, que no debía, ahora es tarde para arrepentimientos. Culpa mía, haber sido generosa en toda la acepción de la palabra, sin querer he incitado, que el egoísmo y el sentido de posesión, los cambiara.
Nunca me había pasado por la cabeza, pero alguien de mi familia, me reprochó, por haber sido tan benemérita y tan solicita, ahora esta siendo difícil, que comprendan que es su hora de retribuir, algo hacia mi.
Lastimo, que tenga que arrepentirme, de mi bondad, todo era para ellos, mi tiempo, mi trabajo, mi dinero, mis cosas.
En verdad, mio nunca tuve nada, lo que era mio era de todos. Solo quería regalar, aun soy así. No pido honores ni bienes materiales, solo un poco de amor y amistad.
Con dolor, miro a mí alrededor y no tengo nada, ni sinceridad, comprensión ni respecto.
Me esta costando mucho aceptarlo, nunca lo imaginé, el porqué de todo esto, no lo consigo entender.
Resulta que luchadora como soy y con ideas bien definidas, no me dejo aplastar, para que hagan de mí algo que no merece la pena perder tiempo a pensar si me lastiman.
Seguiré adelante, seré Madre siempre. Todo tiene un V en la punta, ya lo sentirán, cuando le pase lo mismo que a mí.
Cosas hay que como manchas, no salen, ni mismo que se laven con toda el agua del río.
Dios dice “Si llevas una bofetada da el otro lado de tu cara” yo no las puedo contar, ni quiero. ¿Para qué? Ya no las siento.
A todo me acostumbro, no puedo obligar a que los hijos sean iguales a sus Padres, por veces son tan distintos, que no parecen del mismo sangre, por eso, solo puedo arrepentirme de tanto haber dado, quitando de mí. Generaciones distintas, maneras de pensar, que cogen por el entorno de esta época tan difícil que atravesamos, inseguridad hacia el futuro, miedo, un desgaste, que no los dejan racionar en su verdadera manera de ser.
Así, es la vida, así es poco tener por mucho regalar. Destinos que ya nascen con nosotros y nada podemos hacer, a no ser, poner de lado lo que lastima e intentar vivir con otros cariños ajenos y que se cruzaran en nuestro camino, para compensar, los que dejamos de tener Ni
Oporto, 7 de mayo de 2012
Carminha Nieves
- Autor: secreet50 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de mayo de 2012 a las 10:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
BELLO ESCRITO EN PROSA LITERARIA AMIGA MIA.
UNA BELLA HISTORIA LLENA DE TERNURA Y SABER.
SALUDOS
SIEMPRE AMABLE, GRACIAS DE CORAZON, DESEO TENER DE ESE LADO SU PRESENCIA SIEMPRE.
sALUDOS Y TODO DE BUENO.
Carminha Nieves
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.