VIAJANTE DE COMERCIO
La noche ya cayó, una lluvia que casi no se ve, pero que moja, ha puesto la carretera y los tejados como si tuvieran barniz de tanto brillo. Dentro de algún tiempo me marcho del piso, para la otra casa, no tengo ganas de irme, de aquí es mas claro todo, mismo casi sin muebles, ni cortinas, casi acampada estoy calma y me sobra tiempo, para descansar, no siento el desgaste, ni los nervios, ando como volviera muchos años atrás, cuando he empezado a poner mi primera casa. Me doy cuenta que todo de manera distinta se repite. Pero tengo que ir junto a quien tengo en mi pensamiento y corazón.
Si me pudiera desdoblar en dos era fácil, una quedaba aquí, la otra iba hacer compañía a ellas. Como no puede ser, ando de maleta de casa en casa, dividiendo la semana en dos partes, un sacrificio mas, lo hago porque quiero, por mí. Pienso, como seria bueno que no tuviera que andar como saltimbanco de un lado al otro. Como no puede ser, mientras tenga fuerzas voy andando así. Quizá aun pueda descansar si la comprensión entra en ellos e queda en lugar de los celos.me harían feliz. Me dejaban descansar y gozar de mi mundo, sencillo, sin cansancio, cargada de paquetes. Más preocupaciones, que las tengo a montones.
Pienso como seria vivir en el alto de un monte, sin papeles, sin hacienda sin coche, sin facturas, sin calendario, sin fines de meses, sin años, sin contaje del tiempo. Solo vivir y tener el horizonte delante de mí. Una fuente de agua límpida, una rosaleda, con rosas amarillas y perfumadas, la niebla abrazando mi cuerpo por la mañana, el olor de pinos e madre silvas, de espliego, de la tierra secando de la humedad de la noche. Mirar el sol rompiendo por entre los otros montes, en días de lluvia sentir el arco-iris muy cerca, con la ilusión que lo podía tocar con las puntas de mis dedos. Un montón de sonidos en los arboles de pájaros de mil colores, Apreciar a quien tanto quiero a subir para me visitar.
Y todas las tardes una silueta, indefinida, por la distancia, subiendo, cada vez más nítida mientras se acerca, abriendo los brazos para abrazarme sabiendo desde el principio que eras tú. Y así, abrazados despedir el sol rojizo que se va para allá del horizonte. Es un sueño, una necesidad de paz, de intimidad, el deseo de poder vivir a gusto en algún lugar, sin ser en esta selva de hormigón, de desprecios, de tanta complicación. Es solo un sueño y nada más.
Pero puedo de mi casita, hacerlo, cerrar la puerta a lo que me lastima, hacer de mi voluntad el monte y seguro que habrá pájaros de mil colores, niebla para envolverme, arco-iris, pinos, espliego y tuentrando por la puerta soriendo y de brazos abiertos y nunca dejar de tener rosas amarillas n un jarrón.
Bajaré de mi monte imaginario y a otros iré abrazar y visitar, porque los quiero y hacen parte de mí. Por eso a andar como viajante de comercio, de casa para casa, a dar lo mejor que tengo, Amor.
Mientras pueda, y el cansancio no me coja, no abandonaré a nadie, ni a los que no saben, que es así mi manera de ser.
Oporto , 9 de Mayo de 2012
Carminha Nieves
- Autor: secreet50 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de mayo de 2012 a las 09:34
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 606
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Un hermoso escrito señora Secreet 50, en donde plasma toda la sabiduria sobre la vida de un viajante de comercio que camina por la vida trasteandolo todo.
Buen escrito literario
Saludos a Oporto
Gracias, por mi e por Oporto, no es mi tierra, soy de Verin Provincia de Orense España. Pero aqui mi Padre empezó una nueva vida, cuando de la guerra civil española.
Saludos con cariño por su atencion.
Carminha Nieves
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