Si hubieses sido justo en el amor que hay entre nosotros,
no amarías, ni hubieses preferido, a una esclava mía.
Has dejado la rama que fructifica en belleza
y has escogido rama que no da frutos.
Sabes que soy la luna de los cielos,
pero has elegido, para mi desgracia, sombrío planeta.
Wallada la Olameya
- Autor: Poethas ( Offline)
- Publicado: 12 de mayo de 2012 a las 01:05
- Comentario del autor sobre el poema: Wallada la Olameya (994-1091) Hija de Muhammad III al-Mustakfí, de sangre omeya y uno de los últimos califas cordobeses, que llegó al poder el 11 de enero de 1024 asesinando al anterior califa Abderramán V y fue a su vez asesinado a los dos años en Uclés. Su infancia coincidió con el esplendor de la carrera política de Almanzor. Como el califa no tuvo descendencia masculina, heredó los bienes de su padre y abrió un palacio donde se dedicó a educar a chicas de buena familia y al que acudían también los poetas y literatos de su tiempo. Era una belleza para los cánones de la época: rubia, de piel clara y con los ojos azules, además de inteligente, culta y orgullosa. Bordaba sus versos en sus trajes y tuvo el atrevimiento de participar en las competiciones masculinas de completar poemas inacabados mostrando libremente su rostro, conducta que la hizo ser llamada "perversa" y ser criticada muy duramente por los integristas, aunque también tuvo numerosos defensores de su honestidad. La gran pasión de su vida fue el poeta Abenzaidún o Ibn Zaydún, con el que mantuvo una relación secreta, dada la vinculación del poeta con los Banu Yahwar, linaje rival de los Omeyas al que ella pertenecía y que le hacía andarse con cuidado por Córdoba. Sobre esta relación giran ocho de los nueve poemas que de ella se conservan. La relación se rompió por la relación de Ibn Zaydún con una esclava negra de Wallada, lo que puede ser cierto, pero también responde a un tópico de la poesía de la época. Entre estos poemas, que tuvieron la misión de ser cartas entre los amantes, dos expresan los celos, la añoranza y los deseos de encontrarse; otro, la decepción, el dolor y el reproche; cinco son duras sátiras contra su amante, al que reprocha entre otras cosas tener amantes masculinos, y el último alude a su libertad e independencia. (fuente: Wikipedia)
- Categoría: Amor
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Sophia Sea, [email protected]
Comentarios4
¡ Lastimosamente...el amor posee un corazón propio y elige en desacuerdo con la mente...de ahí la pureza del mismo...!
Gracias por aumentar conocimientos de este bello arte... poeta...
Cariños...
Sebille
Gracias por tan bello aporte compañero, con tan poco se dijo todo.
Abrazos
El amor no entiende de jerarquias, color o ironias...
Intenso, mi amigo!
Abrazos!
Rocio
interesante la cultura no lo cree un buen aporte
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