Rencor: semilla rancia de nubes; fruto de antaño;
tu trazo acuchilla estridente,
tu trazo viene de lejos; se prolonga largo.
Obnubilas mientras entretejes.
Ensordecen tus chillidos, castra prestarte atención,
al entendimiento crucificas
devota de leyes impías,
revientas cualquier mullido colchón.
Cuando el amor existe, te deshinchas, pereces.
Despiadado la vida agujereas,
ruin roes con ruidos oxidados
Punzantes son los aguijones
que da la carne oscura de tu parto.
Detrás de tu veneno ingrato
esta la desidia del capricho
argumentando postreros actos.
Rencor: alimaña del alma.
Rencor, sufres tan maldito,
que hasta eres enemigo acérrimo
del querer de familia y amigos.
Pobre del que se cubre con la tuya riqueza,
pues los collares y amuletos que impones
le hacen esclavo, vistiendo
su corazón con harapos.
La cicatriz de tu rostro delata,
los desatinos que provocan guerra.
Que tus señas son el furor del hierro,
y tu impronta la muerte o la herida,
el castigo del puño o el chasquido del látigo.
318-omu G.S. (BCN-2012)
- Autor: omu (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de mayo de 2012 a las 12:04
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 64
- Usuarios favoritos de este poema: Khadija (Alyamar), greengalgui
Comentarios1
Cuando es la impotencia la que, verdaderamente hace que uno esté pariendo poesía...
cuando es la rabia y el rencor incontenible, es necesario demostrar que un poeta es mucho más que esto, sino que es una pluma que no vuela a la deriva.
Muy bueno, intensamente bueno
Un abrazo con toda el alma, querido Oscar
Ya ves, querida Su, lo difícil que resulta contenerse y no atropellar a los propios valores, en esta tierra envenenada por un sistema que masacra con atrocidades indignas mediante injusticias mayores.
Nuestras manos usan pluma, nuestra voz es un tintero, no enmudezcamos dejando, que nos escupan mentiras sin decirles a la cara, lo que pensamos de ellos.
Pesada es la condición humana cual nos encadena. Olvidamos que fuimos ángeles, inocentes sonrisas babeando, seres frágilmente virginales, que hace tan sólo cuatro días gateabamos.
Prepotencia y egoísmo, vanidad y codicia; empañamos nuestra mirada de tantos vicios que, el honra se deshace y la vida se extingue perdiéndose la luz en una noche sin día.
Bueno que pasaste...un besazo, amiga.
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