**-Dura experiencia-**

Eduardo González Cuartango

Dura experiencia

 

Del cuaderno varias hojas

por descuido se han pasado

su dedo te ha señalado

tocándote, más no aflojas,

tu vida tú la deshojas

hasta que llegue tu tiempo

no partirás a destiempo

por más que una desgraciada

crea que tu hora es llegada,

por un simple contratiempo,

 

y hasta le has plantado cara

a esa dama descarnada

que esta vez se va sin nada,

impediste que te liara

sin permitir que pensara

que saldría victoriosa

de manera tan dolosa,

sin saber que lucharías,

que nunca te rendirías

de manera vergonzosa,

 

mas el susto que te han dado

sirvió para que supieras

que imprescindible nos eras:

acudimos a tu lado

al no habernos resignado

a perderte todavía;

sabiendo que no es tu día

te trasladan a otro lado

donde después de tratado

comienza tu mejoría.

 

Con tu vida en entredicho

trataron de convencernos

que era mejor atenernos

a lo que se nos fue dicho

sin opción al contradicho,

sin una contrapartida

dan tu vida por perdida,

sin luchar por conservarla

ni pretender alargarla

y condenándote en vida.

 

©   Eduardo González Cuartango

07/05/2012

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  • Autor: Eduardo González Cuartango (Offline Offline)
  • Publicado: 13 de mayo de 2012 a las 06:43
  • Comentario del autor sobre el poema: Hace doce años mi padre sufrió un infarto de miocardio, del que afortunadamente salió airoso. Desde entonces ha tenido sus revisiones anuales y en el transcurso de estos años ha tenido que hacerse varios cateterismos para desobstruir sus arterias. Hace dos años llega una nueva cardióloga al hospital del que depende y desde donde le hacen el seguimiento de su crónica enfermedad. Primera desavenencia con esta señora: le retira las revisiones anuales bajo el pretexto de que ocupa el espacio a otro enfermo que realmente lo necesite, mi padre cuenta entonces con 83 años y claramente es un demandante del servicio de sanidad y al estado estos ancianos les supone una carga y parece ser que ciertos médicos así lo entienden y tratan de arrinconarlos en vez de atenderlos. Hace unos meses y por sentirse más cansado de lo habitual, acude a consulta y revisión y esta doctora le dice que su corazón está tan deteriorado que vale menos que una patata, que no se le puede hacer más cateterismos para desobstruir más arterias y que solo con medicación se le puede tratar, hasta que su desgastado corazón aguante. Su salud se sigue deteriorando, en vez de mejorar y en la noche del 1 de mayo, a las 12:30 le da una angina de pecho, es llevado e ingresado en el servicio de urgencias, el día 1 es festivo, con lo cual la señora cardióloga no aparece a ver el estado de salud de mi padre, el día 2 tampoco aparece y en la noche del día 3, vuelve a sufrir dos anginas de pecho. Los médicos del servicio de urgencias, a base de medicamentos lo mantienen con vida, pero nos advierten que “está aguantando por su vitalidad, que en cualquier momento un nuevo ataque podría matarlo”. A las 11 de la mañana ¡por fin! aparece la cardióloga… para tratar de convencernos de que no hay solución, que no se le puede hacer el cateterismo y que ella no se compromete a trasladarlo a un hospital mejor dotado. Trata de convencernos que lo mejor es cruzarse de brazos y esperar que un nuevo episodio le siegue la vida. Ante la oposición de la familia, por fin, se decide a trasladarlo a otro centro, donde nada más llegar nos dan toda clase de esperanzas, negando todo cuanto se nos había dicho en el otro centro: es posible hacer el cateterismo y nos solo eso sino que se le van a hacer dos, en varios días, para abrir más vías de riego sanguíneo al corazón. Mañana le harán el segundo, el cual debiera de haberse realizado hoy, pero por unas urgencias en los quirófanos no se ha podido realizar. Tras el primero, la clara recuperación de mi padre saltaba a la vista, si mañana transcurre todo sin incidencias, el jueves será dado de alta, con una mejoría en la calidad de vida y una esperanza de vida (del último cateterismo que se le hizo han transcurrido ya 8 años). Por cuenta de esa doctora, mi padre ya estaría enterrado, sino de una angina de pecho por la sobre medicación que le había prescrito y que acertadamente mi padre no se la tomó. Estos hechos han propiciado este poema, hoy mi padre lo ha leído y lo único que me ha dicho, entre lágrimas, es que se lo imprima, para llevárselo a la doctora. Gracias por dejarme desahogar mi dolor y compartir mis sentimientos con todos vosotros.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 28
  • Usuarios favoritos de este poema: PoetaTriste
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Comentarios +

Comentarios1

  • PoetaTriste

    No se que decir amigo... Solo una cosa y pido perdón si merecía más que esto porque se que lo mereces pero no se que decir solo que este Poema es algo Hermoso de todo corazón creme que has tocado el mío de una forma especial y Gracias por compartirlo amigo

    Un abrazo



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