A Paulo
Obligado a la pena de verte, sólo verte
no dejarlo de hacer
y además
crecerte.
Dolor es existir en la tierra que ondula el raso negro
oír el ruido de la borrachera
enterrada como muerta
apestando y doliendo.
Pero sonríe.
No es la ceniza del filo tuyo
ni la marioneta mía
menos el cerro de Zacatecas
es el sueño, el sueño
que en el musgo es la dalia y la cabaña del descanso.
Pero sonrie.
Es la esquina donde encuentra la flor más colorida
es un soneto de Sor Juana, pero sonríe.
Su beso es un labio mediano
a punto de romperse en el lejano caminar con tu mano en la suya.
Ay, qué dolor el gemido tibio
y qué árbol tan indefinido
qué corazón tan grande y sin velero.
Debiera la mujer
salirse de la negra cáscara helada
y debiera el hombre
de nariz-Nueva-York
morirse y habitar la frontera de su lengua.
Debiera bailar encima de los gordos Boteros
y leer un poema sin concha
encima de la locura.
Helicóptero terrestre
frente grande
ojos oscuros
gusano
te encontraremos devorando
a un sol dormido
cuando al diluvio lo coman sapos de hojalata.
Sigue sonríendo
la sonrisa
es el incendio de la melancolia.
- Autor: Eduardo Urueta (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de mayo de 2012 a las 21:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 92
- Usuarios favoritos de este poema: PoetaTriste
Comentarios2
Que bellas Palabras amigo pese a todo,
sonríe me parece genial tus letras y versos
Gracias por compartirlo
Hoy estoy deprimido. He sentido mucho el último párrafo.
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